Cataluña
La «revolución de los payeses» guía a miles de tractores por el 1-O
«¡Somos payeses y catalanes!», gritan los agricultores reunidos en Barcelona, que exigen votar
Miles de agricultores catalanes han conducido este viernes sus tractores hacia la Delegación del Gobierno en Barcelona para exigir votar en el referéndum del domingo y reclamar «dignidad». Centenares de recolectoras han colapsado el tráfico del centro de la capital en protesta, dicen, frente al atropello del Estado a los derechos de los catalanes. Entre los «ataques a las libertades» han citado la intervención de Hacienda a la Generalitat «que pone en riesgo las politicas agrarias de este país».
« ¡Somos payeses y catalanes! La dignidad de este pueblo es la dignidad de todos los payeses», han proclamado los líderes sindicales al término de la concentración, que le ha restado cuota protagonista a la primera rueda de prensa de la Generalitat auspiciada por Roures.
Las columnas de tractores han aparcado a dos manzanas de la sede del Gobierno central, cuyo exterior estaba blindado por los Mossos. El zumbido de los cláxones, igual al de un Madrid en hora punta, animaba a dos mujeres que repartían croquetas entre los campesinos, «para coger fuerzas». «¡Id a la delegación del Gobierno, que se enteren que esto es una guerra!», les ha alentado otra señora, sin éxito y sin croquetas. Ha habido que dar parte del choque de dos tractores aparcando.
«Payeses y payeses, ya estamos aquí. Ha costado, pero ya hemos llegado», ha anunciado un representante sindical, que ha señalado la solidaridad del mundo rural con el procés. La «revolución payesa» , así la han bautizado unos miembros de la Asociación de Viticultores del Penedès por la democracia.
«Itáca»
Entre los cortes de manga a los dos helicópteros que sobrevolaban, hubo gritos contra un micro de Roures: «¡Prensa española, manipuladora!». En ese preciso instante un agricultor se ha alegrado de ver a la televisión pública portuguesa. «¿De Portugal? La revolución de los claveles , ¡como nosotros!», le ha saludado a la periodista.
Otro chico ha bajado del tractor para explicarle al periodista catalán del «Washington» Post sus porqués. «He venido porque estamos en un país donde no se deja votar ni nada. Vengo por la democracia, de Villafranca del Penedès», se ha presentado. Otros vinieron de Manresa y algún que otro de Gerona y Tarragona.
Los conductores han cogido fuerzas en el bar de la esquina de nombre «Ítaca». El dueño, un ciudadano chino, lo llama «Itáca». Fuera, turistas japoneses aplaudían los cánticos de «votaremos» por la «independencia».
Lemas nacionalistas
Pep, un veterano líder sindical, ha tomado la palabra para expresar la fuerza solidaria del pueblo campesino catalán. «Nuestro colectivo no podía fallar. Estamos en la recta final y no podíamos ser la excepción. La imagen que tenemos es de gente luchadora y solidaria», ha dicho antes de pasar al ataque contra Rajoy y también contra Montoro.
«Estos estúpidos han pisado una vez más nuestros derechos (...) no nos movemos únicamente por intereses económicos, nos movemos por dignidad», ha dicho entre aplausos y réplicas del resto: «¡ Dignidad, dignidad, dignidad !». También se escucharon gritos en favor de los «productos catalanes».
Pep ha insistido en esto: «Aparte de nuestra política fiscal también nos quieren pisotear nuestra dignidad». Y ha envidiado al Kurdistàn, que están sometidos «por los hijos de puta del Estado Islámico y han podido votar y aquí no, ¿qué pasa aquí?»
El veterano líder ha concluido su turno de intervención llamando a la «revolución de los payeses», como sus antepasados hicieron: «¡Viva la terra i mort al mal gobern!», ha dicho para adaptar luego el guión de los cánticos del procés: «¡La tierra es y siempre será nuestra!».
Noticias relacionadas
