Torra pagará a Puigdemont oficina, chófer y personal

El fugado de la Justicia reclama sus prerrogativas como expresidente

Quim Torra y Carles Puigdemont se ríen durante una rueda de prensa en Berlín Reuters

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Aunque para el independentismo siga siendo el presidente legítimo de una república en realidad virtual, Carles Puigdemont no renuncia a los privilegios de ser un expresidente autonómico . La Generalitat de Cataluña confirmó ayer que ha puesto en marcha la tramitación de la solicitud cursada por el expresidente fugado de la Justicia para que se le concedan las prerrogativas que se recogen en la ley de los expresidentes catalanes, entre las que está la de disponer de escoltas, coche oficial y una oficina con personal a su servicio.

Según se avanzó ayer desde el Govern, lo más inmediato será dotar de seguridad al expresidente, algo para lo que no se ve inconveniente el hecho de que se encuentre en el extranjero huido de la Justicia. Tres agentes de los Mossos d’Esquadra se ocupará de esta tarea . En cuanto a la ubicación de la oficina de «expresident», se decidirá una vez la Justicia alemana resuelva sobre la solicitud de extradición.

«Ya se está poniendo en marcha todo con normalidad» , confirmó ayer la portavoz del gobierno catalán, Elsa Artadi, después de trascender que hace aproximadamente unos diez días Puigdemont lo solicitó. Artadi recordó que la ley que regula el estatuto de los expresidentes -aprobada en 2003, en las postrimerías del último gobierno Pujol- no precisa el lugar de residencia de los mismos.

«Dignidad y decorum»

La ley en cuestión establece que para que los expresidentes puedan atender sus «necesidades personales y políticas con la dignidad y el decórum que corresponden a las altas funciones ejercidas», estos gozarán de protección, coche de representación con chófer, así como el sostenimiento de una oficina con tres trabajadores a su servicio. También establece que durante la mitad del tiempo que ejercieron, y al menos durante una legislatura, tendrán una asignación del 80 por ciento de su sueldo como presidentes , que fue de 145.000 euros en el caso de Puigdemont. Al llegar a la edad de jubilación, tienen derecho a recibir una pensión vitalicia del 60 por ciento de su retribución.

Por el momento, Puigdemont renuncia a cobrar como expresidente, ya que, mientras no sea inhabilitado -algo que sucederá en breve una vez sea firme su auto de procesamiento- seguirá cobrando como diputado en el Parlamento catalán . En su momento, y tras ser cesado por el 155, Puigdemont afirmó que renunciaba a sus prerrogativas como expresidente apelando a su «legitimidad» como jefe del ejecutivo catalán, algo que ahora, tras la elección de Quim Torra, ha reconsiderado.

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