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Vista de la reunión de la Mesa del Parlament catalán - EFE

El soberanismo catalán aplica el rodillo para la desconexión con España

Junts pel Sí sacará adelante la reforma del reglamento del Parlament para poder aprobar la «ley de ruptura» por la vía rápida y sin debate

Barcelona Actualizado: Guardar
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Adelante con la triquiñuela legal propuesta por Junts pel Sí (JpS) en el Parlamento de Cataluña. Eso es lo que dijo ayer la Mesa de la Cámara catalana al admitir a trámite el texto de reforma del reglamento presentado por la coalición de Carles Puigdemont (PDECat) y Oriol Junqueras (ERC), que permitirá aprobar las llamadas leyes de «desconexión» en lectura única y de manera exprés.

Los cuatro votos de los miembros de JpS fueron suficientes, frente a los tres de la oposición (Cs, PSC y CSQEP, con uno cada uno; PP y la CUP no tienen representante), para que la Mesa diera por buena la propuesta que retocará el artículo 135 del reglamento. Este artículo establecerá los requisitos para que se aprueben normas legales mediante el trámite de lectura única (sin debate en comisión, ni enmiendas y acortando los plazos), flexibilizando sus condiciones (solo será necesaria la petición de un grupo parlamentario) y para los casos de las proposiciones de ley (iniciativas de los grupos).

El único matiz que introdujo la Mesa fue que la reforma será vista en una ponencia conjunta de todos los partidos, y no resuelta en la misma Mesa, como pretendía inicialmente JpS. Un ajuste -a propuesta de los letrados de la Cámara- que no variará el final: JpS y la CUP aprobarán el cambio reglamentario por mayoría no cualificada.

Una vez aprobado el cambio del reglamento en el Parlamento de Cataluña, JpS y la CUP tendrán vía libre para aprobar cualquier ley sin los mínimos controles democráticos, ya que el trámite de lectura única suele ser un recurso para reformas técnicas de una norma o aprobación de un breve articulado. Pero no para leyes que requieren debates políticos y técnicos.

La vista está puesta en el momento en que desde la Generalitat se decida afrontar, definitivamente, el llamado «choque de trenes» y los grupos que respaldan al gobierno regional presenten en el Parlamento de Cataluña las leyes de «desconexión». Será, entonces, cuando JpS y la CUP tienen pensado aprobar por la vía de lectura única las normas autonómicas que pretenden sustituir la legislación nacional.

En la misma reunión del órgano rector del Parlamento de Cataluña, también ayer, el rodillo de JpS permitió rechazar, tras escuchar la posición de cada partido en la Junta de Portavoces, las peticiones de reconsideración de esta reforma presentadas hace unos días por Cs, PSC y PP nada más conocer la iniciativa de los independentistas, al no compartir ni la forma ni el fondo de la propuesta. Protestas que la oposición reiteró ayer ante lo que se denuncia es una suerte de golpe encubierto. La portavoz de la Generalitat, Neus Munté (JpS), por su parte, criticó a los grupos de la oposición en el Palacio de la Ciudadela por ver la inminente reforma como «subversiva» y «malévola».

Junqueras se moja

Las maniobras del independentismo para maniatar la capacidad de la oposición coinciden con un nuevo episodio de tensión entre Junts pel Sí y sus socios de la CUP, esta vez a cuenta de la aprobación de los Presupuestos y la voluntad de los antisistema de precipitar el choque con el Estado.

Las discrepancias surgen tras el mazazo que supuso el dictamen del Consejo de Garantías Estatutarias, que dictaminó que la mención adicional en los Presupuestos en la que se insta a la Generalitat a destinar una partida a la organización del referéndum no se ajusta a la Constitución. Esa disposición adicional fue precisamente una de las imposiciones de la CUP, entre otras, para permitir la tramitación de los Presupuestos. Tras el dictamen del Consejo de Garantías, la CUP ha adviertido de manera clara que no aceptará una modificación de la disposición adicional.

Los antisistema precisaron ayer de que «no se imaginan» que JpS acepte modificaciones en una partida que precisamente impusieron para dejar claro el compromiso de la Generalitat con la consulta. Para la CUP, al margen de lo que se haga con la citada adicional, el Tribunal Constitucional impugnará igualmente las cuentas, algo que en JpS tratarán de dificultar.

Por boca del diputado «cupero» Albert Botran, la advertencia, más bien amenaza, fue clara: «No hace falta ninguna solución técnica sino que la disposición adicional se puede mantener perfectamente tal y como está, pero si JpS no lo ve así, tendrá que entenderse con otros grupos para aprobar la modificación». De nuevo, y como está sucediendo a lo largo de la legislatura, subyace la voluntad de los antisistema de arrastrar al campo de la desobediencia a sus socios de JpS, aunque en este caso sea a costa de no acatar lo establecido por un órgano autonómico.

Como sucedió en su momento para conseguir el apoyo de los anticapitalistas, el consejero de Economía y líder de ERC, Oriol Junqueras, se está implicando directamente en la negociación para acercar posiciones e intentar salvar, de nuevo, la legislatura.

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