Rivera con sus diputados Francisco de la Torre y Juan Carlos Girauta
Rivera con sus diputados Francisco de la Torre y Juan Carlos Girauta - Reuters

Rivera quiere negociar ya aunque el Rey no proponga un candidato

No cierra la puerta a apoyar al PSOE: «No contemplo ir a la Luna, pero no lo descarto»

Madrid Actualizado: Guardar
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Durante la campaña electoral, Albert Rivera denunció una campaña para «salvar al soldado Sánchez». Una operación auspiciada desde Ferraz y Génova para blindar el bipartidismo. Menos de dos meses después, el presidente de Ciudadanos tiene en sus manos la posibilidad de salvar a Sánchez o de contribuir a su caída.

Ayer, tras su segunda audiencia con el Rey, insistió en que no se plantea ir más allá de la abstención. Ante la avalancha de preguntas sobre esa cuestión, Rivera fue más hermético que nunca, pero en ningún caso puso encima de la mesa una negativa tajante y definitiva.

Es más, de entre todas sus respuestas destacó la hipótesis lunar: «No lo consideramos. Tampoco considero ir a la Luna, pero no lo descarto».

A ese «no lo descarto» se agarran quienes en uno y otro partido ven como la suma de 130 escaños les situaría en una posición de fuerza negociadora, y obligaría a PP y Podemos a unirse para impedir la gobernabilidad.

Lo que Rivera le trasladó ayer a Don Felipe, en una audiencia que se extendió durante 70 minutos, es que quiere empezar desde mañana mismo una ronda de negociaciones de forma paralela con el PP y el PSOE, que no se producirá entre los líderes sino en un segundo escalafón jerárquico.

El líder centrista aseguró que quiere que esas reuniones empiecen «esta misma semana», y quiere que eso sea así aunque el Rey opte finalmente por no proponer ningún candidato, algo que no descarta pero que en su entorno confiman que no desea.

Rivera no entró a valorar la celebración de un debate técnico de investidura o algún atisbo jurídico que permita arrancar el reloj de los plazos hacia unas elecciones. «No hay un vacío legal, sino de sentido común, de sentido de Estado», criticó, antes de instar a Rajoy y Sánchez a sentarse a negociar:

«No traslademos la responsabilidad al Rey. Tanto si decide el Rey proponer candidato como si decide dar un tiempo para negociar, esta semana tienen que empezar las negociaciones. No tenemos tiempo que perder».

«Hace falta salir del tacticismo y entrar en una fase de negociación intensa, necesaria y fructífera», aseguró, antes de valorar positivamente el papel desempeñado por Don Felipe, que «está cumpliendo su función», tratando de articular una solución mientras algunos líderes políticos dicen «pasa palabra».

Coincidencias con Sánchez

Albert Rivera salió de Zarzuela con un mensaje claro a Pedro Sánchez: Ciudadanos y el PSOE tienen coincidencias y ambos están más cerca entre sí de lo que podrían estar de Podemos.

Rivera llegó a asegurar que «no veo incompatibilidades con Sánchez, veo coincidencias», en lo que se refiere al artículo 1 de la Constitución y que la incompatibilidad en ese punto es «con las plataformas independentistas de Podemos».

Aunque sí concedió y tendió la mano a Podemos para ponerse de acuerdo en reformas como la de la ley electoral. Rivera sigue descartando acuerdos con Podemos en lo referente a la gobernabilidad, pero ayer recuperó cierto tono conciliador con la formación de Iglesias, después de semanas de enfrentamiento frontal.

En la última semana el partido ha evidenciado un distanciamiento casi irreversible con Mariano Rajoy. Rivera insistió ayer en la estrategia de no pedir de manera explícita que Rajoy dé un paso atrás, pero dejando poca sombra de dudas sobre su intención.

Rivera llamó al PP a decidir si quiere «cambiar el rumbo» de la última legislatura, poniendo en primer plano y con carácter «fundamental» la lucha contra la corrupción. Y asegurando a continuación que Rajoy «no puede abanderar la lucha contra la corrupción» en España «porque no ha sido capaz de limpiar su casa, el PP».

Rivera advirtió que el debate «es más profundo que Sánchez o Rajoy», y volvió aproponer un Gobierno de transición con una hoja clara de reformas. «Estamos todos cerca de conseguir algo nuevo y de fracasar conjuntamente».

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