El PSOE da un paso atrás en Navarra sin aclarar si puede llegar a un pacto con Esparza
Ferraz se desmarca por la dependencia de Bildu pero María Chivite no frena por el momento sus contactos
La dirección federal del PSOE echa el freno en la aspiración de que los socialistas navarros intenten alcanzar el Gobierno de la comunidad foral en una operación que requeriría como mínimo de la abstención de Bildu. «Nos desmarcamos» , apuntaban ayer fuentes de Ferraz. Un distanciamiento que se realizó evitando declaraciones públicas porque no se trata solo una desautorización a la estrategia de negociación de su candidata, María Chivite, sino que es una enmienda a la posición misma que Ferraz había mantenido hasta este fin de semana.
«Se trata de equilibrar un Gobierno que no sea de impronta nacionalista pero que sea progresista. Eso es lo que tratamos de cuadrar. Y la verdad es que es muy difícil. Lo que estamos es reivindicando la presidencia, obviamente», dijo José Luis Ábalos hace unos días. La líder socialista en Navarra y aspirante a la presidencia, María Chivite, anunció la pasada semana su intención de gobernar . Se trata de un perfil cercano a Sánchez y Ferraz había autorizado ese movimiento. De hecho Chivite dio esa rueda de prensa un día después de la constitución del comité de pactos que dirige Ábalos y de que el secretario de Organización compareciese en rueda de prensa.
Una comparecencia en la que rechazó poder negociar con EH Bildu pero en la que deliberadamente dejó evitó contestar a la pregunta de si la abstención de los herederos de Batasuna era o no aceptable para los socialistas. En ningún momento se descartó esa posibilidad. De hecho durante días se ha avalado al permitir que Chivite anunciase que era su fórmula para llegar al Gobierno.
Dos bloques
De hecho es lo que se defendía en privado. Fuentes de la cúpula explicaban y defendían el escenario de gobernabilidad de Navarra en dos bloques: Navarra Suma (UPN,PP y Cs) con 20 diputados frente a un cuatripartito liderado por el PSN junto a Geroa Bai, Podemos e Izquierda Unida que sumarían 23 diputados. Hasta los 26 de la mayoría absoluta se requería la abstención de Bildu. El punto clave para que los socialistas frenen la operación es que no se trataba solo de una investidura, según explica un dirigente, sino que se necesitaría a Bildu para «todas las votaciones» .
Este cambio de estrategia, avanzado ayer por «El Confidencial», deja un escenario muy abierto. Desde Ferraz se rechazaba la pasada semana alcanzar ningún tipo de acuerdo con Navarra Suma para que gobernase la lista más votada. Se entiende que una alianza así daría aire a medio plazo a los sectores más nacionalistas de la comunidad foral. En 2007 ya tuvieron que hacerlo y el socialismo navarro es muy reacio a ese movimiento. Desde la dirección federal no explican por el momento qué supone este cambio de guión y se evita manifestar cualquier posibilidad de llegar a un acuerdo con la candidatura de Navarra Suma.
Tampoco se insta a que frene su ronda de contactos, sino que Ferraz se desentienden. «Son pasos que está dando María Chivite, pero para el PSOE como partido todo el mundo sabe que Bildu no es socio de Gobierno para los socialistas en ninguna de sus formas.», dijo ayer la vicepresidenta Carmen Calvo.
En la sede del Partido Socialista de Navarra no se dieron ayer por aludidos del cambio de opinión de la dirección federal. Pero también es cierto que es la única formación política en Navarra que permanece en silencio y ayer se limitaron a remitir al comunicado enviado el pasado viernes en el que insistía en que «ya hemos dicho que no pactaremos con Bildu y cumpliremos nuestra palabra, igual que estamos cumpliendo con nuestra palabra de trabajar para construir un gobierno de progreso liderado por el PSN-PSOE».
La rama navarra de los socialistas mantiene sus planes de celebrar una ronda de contactos con Geroa Bai, Podemos e Izquierda Unida a partir de mañana. De hecho, tal es su cabezonería que ayer mismo, según ha podido saber ABC, dos dirigentes del PSN y dos responsables de Geroa Bai mantuvieron un encuentro con papeles sobre la mesa en una céntrica cafetería de Pamplona para preparar el encuentro que tendrá lugar mañana entre Chivite y la todavía presidenta en funciones, Uxue Barkos.
El papel del euskera
No obstante, tampoco sería descartable que la reunión se celebre para evidenciar diferencias inasumibles entre las dos fuerzas como puede ser el decreto del euskera que prima el conocimiento de esta lengua para acceder al funcionariado o el empeño nacionalista en hacer una ley que permita la ikurriña en los ayuntamientos. De esta manera, la candidata socialista mantendría su palabra de buscar un acuerdo con los nacionalistas y, al mismo tiempo, obedecería a Ferraz al destacar que las diferencias son irreconciliables.
Mientras tanto, Javier Esparza volvió a tender la mano a los socialistas para que rectifiquen y permitan el Gobierno de la plataforma constitucionalista Navarra Suma: «La mano está tendida, volveremos a intentar un nuevo acercamiento, intentaremos sentarnos, y vamos a ver si somos capaces de respetar aquello que han dicho los navarros en las urnas el pasado domingo, que creo que es un mensaje rotundo, nítido y claro». Aunque Esparza tiene la intención de llamar a María Chivite, este contacto todavía no se ha producido. En la plataforma constitucionalista prefieren esperar a que se celebre la reunión que mantendrán mañana María Chivite y Uxue Barkos. En las conversaciones con Ferraz podría entrar en juego Ciudadanos, que le podría dar una visión más nacional al problema surgido en Navarra y la Comunidad Foral entraría en juego junto con otras comunidades donde los socialistas necesitan un apoyo no descartado del partido de Rivera.
Noticias relacionadas
- Los socialistas eligen al nacionalismo en Navarra con el aval de Ferraz
- El PSOE vería con buenos ojos gobernar en Navarra con Podemos y los nacionalistas de Geroa Bai
- Ferraz rectifica en Navarra por la dependencia de Bildu para gobernar
- El dilema del PSOE en Navarra: el centro-derecha o los socios de Bildu
