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Javier Fernández (dcha) y Mariano Rajoy, en 2004 en la inauguración de un tramo de autovía en Asturias - EFE

El PP quiere asegurar dos presupuestos y evitar volver a las urnas en seis meses

La abstención desgarra al PSOE, donde ayer se produjeron varias dimisiones locales mientras Jiménez dice que no habrá ruptura de voto en el Congreso

MADRID Actualizado: Guardar
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De nada sirve una investidura en noviembre si el 15 de enero el gobierno está bloqueado. Es lo que piensan los dirigentes del PP; por eso están dispuestos a mantener la presión sobre el PSOE para conseguir arrancarles algunas garantías de estabilidad. Que cifran, según explicaron a ABC varios dirigentes, en «uno o dos presupuestos, al menos», lo que garantizaría la gobernabilidad hasta finales de 2018. El PP quiere «apretar» al PSOE en esta dirección, y algunos representantes de la cúpula del partido se atreven a ponerle incluso fecha a la materialización del acercamiento, si se produce: «La última semana de octubre», al borde del final del plazo.

En esta línea se producirán las negociaciones entre ambos partidos, en caso de que los socialistas finalmente den luz verde a una abstención en una nueva investidura de Mariano Rajoy.

Los populares no quieren ni oir hablar de «abstención técnica» -la posibilidad de que los socialistas se limiten a abstenerse en la votación de investidura, sin ningún otro compromiso a futuro- porque «de nada sirve un gobierno que no puede gobernar».

Rechazo a todo

Es más, insisten, esta fórmula llevaría a un escenario en el que el 1 de noviembre Rajoy es presidente, y tres meses después se encuentra con un Parlamento que le rechaza todas las iniciativas -ayer se vio un ejemplo en el pleno del Congreso, en que la mayoría de los diputados votaron a favor de derogar la Ley de Educación y la prisión permanente revisable, ambas aprobadas por el PP en el último Gobierno de España-, y en el que los otros grupos también pueden plantear proposiciones y aprobarlas incluso en contra de la opinión del Gobierno.

Por eso, presionarán para conseguir del PSOE esa cesión, conocedores de la delicada situación por la que atraviesa el partido socialista en la actualidad. En caso de no lograr convencerles, apuntaron en la dirección que ya dejaron entrever el martes, y que ahora afrontan ya abiertamente: se iría a terceras elecciones.

El PP cree que un gobierno débil supondría «que en lugar de tener elecciones en dos meses las tendríamos en seis»

Aseguran no estar preocupados por la posibilidad de que los españoles les «castiguen» en las urnas como responsables de esta tercera cita electoral. «Habrá que explicar a la gente -asegura un veterano dirigente- que aceptar que el PSOE se limite a abstenerse y no garantice nada más sólo supondría que en lugar de tener elecciones en dos meses las tendríamos en seis».

Los populares creen además que sus electores serían los que menos castigaran una vuelta a las urnas, ya que entenderían la intención de Rajoy de asegurarse una cierta estabilidad pese a contar sólo con 137 escaños. En el PP reconocen que en este momento «está todo muy abierto», pese a que la situación del PSOE es delicadísima: si se abstienen pueden enfadar a sus seguidores, y si no lo hacen y van a elecciones, deberán enfrentar otro problema: no tienen candidato. Para elegir uno, creen los populares, «si hay primarias, Pedro Sánchez querría presentarse, y muy probablemente podría ganarlas».

Rivera: «Surrealista»

Albert Rivera no cree que el PP tenga que poner ahora condiciones al PSOE para aceptar su abstención. «Estoy convencido de que el PP no va a poner condiciones. No lo entendería nadie. Si tiene finalmente la abstención tiene que ir a la investidura», señaló el presidente de Ciudadanos. En una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados, Rivera consideró que «sería surrealista que quien quiera ser presidente le exija cosas a los que no vamos a ser presidente».

Al líder de Ciudadanos no le parece «sensato» que el PP pida «por anticipado compromisos presupuestarios para 2019 no me parece sensato». En Ciudadanos recuerdan que, ni siquiera ellos, que votaron sí y tienen un pacto con 150 medidas firmadas han suscrito ningún pacto para apoyar los Presupuestos. El líder de Ciudadanos cree que durante semanas se han escuchado llamamientos del PP apelando a la responsabilidad de los socialistas y que ahora «solo faltaría ahora que el que quiera ser presidente se bloquee a sí mismo».Rivera volvió a pedir al PSOE su abstención porque «un gobierno controlado es mucho mejor que un Gobierno sin control. Algunos no lo entienden todavía».

Mientras tanto, los socialistas siguen con su particular desgarro a cuenta de lo sucedido en el Comité Federal del sábado, sin haber entrado siquiera a valorar en otra cita del máximo órgano entre congresos esa posible abstención. Ayer se conoció la dimisión de la secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural del PSOE de Zamora, María Remedios Fernández Pomeda, por «claras desavenencias» con el secretario provincial, Antonio Plaza, que se alineó con los críticos. En Segovia, los portavoces en los ayuntamientos de Sanchonuño, Héctor Pascual, y de Otero de Herreros, Alberto Peñas, también dimitieron; y en Orihuela (Alicante), el secretario local del PSPV, Carlos Bernabé, fiel sanchista, dimitió «desolado».

La gestora ha nombrado coordinadora de organización a la «madinista» gallega Laura Seara

Este es el panorama al que tendrá que hacer frente la gestora, que ayer tomó una primera decisión, nombrar coordinadora de organización, un puesto clave en la nueva etapa, a la «madinista» gallega Laura Seara. Ex diputada por Orense, fue purgada por el sanchismo de las listas al Congreso tanto en las elecciones del 20-D como en las del 26-J, a pesar de que las agrupaciones locales la propusieron.

Seara va a tener que hacer frente a varios incendios, el primero en su propia tierra, Galicia, donde la presidenta de la gestora, Pilar Cancela, se mantuvo fiel a Pedro Sánchez hasta el final y está pendiente la celebración de un congreso que, previsiblemente, será antes del congreso extraordinario que elegirá al sucesor de Sánchez.

Ayer, el presidente de la gestora, Mario Jiménez, avisó a los 84 diputados del Grupo Socialista que no habrá ruptura de voto, en el caso de que el Comité Federal decida finalmente la abstención y añadía que incluso Sánchez «votará lo que establezcan los órganos del partido». Jiménez rechaza la posibilidad de que se dé libertad de voto, como han sugerido algunos afines a Sánchez y un sector del PSC. «Es un debate que no está planteado siquiera. No es una opción, bajo ningún concepto». La corriente Izquierda Socialista ha iniciado una campaña de recogida de firmas para que los afiliados promuevan asambleas en las agrupaciones con el fin de solicitar a la dirección del PSOE que convoque un referéndum ante las bases si hay cambio de postura en la investidura, algo que también defiende el sachismo, como recordó ayer Sara Hernández.

No hay razones para el cambio

La secretaria general del PSM insistió en la consulta a la militancia y en que no hay razones para cambiar hoy el «no» a Rajoy por una abstención. Hay «algo peor» que ir a unas terceras elecciones, dijo y es que «siga gobernando el PP».

Lo mismo considerada el presidente de la Generalitat valenciana y líder del PSPV, Ximo Puig, quien ayer subrayó en Madrid que él se mantiene en el «no». «Desde luego, mi posición es clara: no se da ninguna circunstancia para apoyar al PP». Rajoy y su partido no han hecho nada durante este tiempo «para merecer la confianza de ningún grupo político». Tanto es así que, según su criterio, el discurso de investidura de Rajoy fue «absolutamente anodino» y ni siquiera satisfizo a Ciudadanos. «O cambian mucho las cosas o no es posible que haya ningún cambio de posición».

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