Pastor y Rufián: confidencias sobre Santi Vila en el Congreso
La presidenta del Congreso expresó al republicano su inquietud sobre el exconsejero catalán Santiago Vila durante su larga charla en la que Pastor apercibió al diputado por sus «numeritos» en la Cámara
La política crea enemigos pero también tiende lazos de amistad entre los perfiles más insospechados . Un ejemplo de esto último es la buena relación existente entre la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el político del PDECat Santi Vila , tejida durante los años en que ella ocupaba la cartera de Fomento y él era consejero catalán del Territorio. Durante tres años estuvieron inaugurando obras (de 2013 a 2015) y alcanzaron tal camaradería que Vila invitó a Pastor a su boda con el chef Rafael Vertamatti . La ceremonia estuvo oficiada por el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont , que entonces solo era alcalde de Gerona, en los jardines del Castell de Peralada. Y Pastor acudió con su marido, José Benito Suárez, y la mejor de sus sonrisas a codearse con la flor y nata del soberanismo catalán.
Aquella relación se ha mantenido y según fuentes parlamentarias ocupó la parte final de la reunión que el martes Pastor mantuvo en su despacho con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, para reprenderle por su comportamiento en el Pleno. La presidenta expresó al republicano su preocupación por la situación en que se encuentra Vila, investigado por la Audiencia Nacional por presuntos delitos de sedición, rebelión y malversación a raíz de su participación en el proceso separatista. Fue una larga conversación al respecto.
La posición de Rufián es que todas las causas judiciales abiertas por el proceso soberanista son injustas y deben ser cerradas, pero no incluirá a este exconsejero en sus reivindicaciones políticas por no encontrarse «encarcelado ni exiliado». El político del PDECat pasó una noche en la cárcel de Estremera pero ha logrado eludir la prisión tras abonar una fianza de 50.000 euros. Su dimisión la noche anterior a la votación de independencia en el Parlament le ha servido legalmente para desmarcarse de Puigdemont y del resto de exconsejeros pero le han arrinconado dentro del independentismo y políticamente su situación es igualmente delicada. Rufián no le llevó en la camiseta que exhibió en el Pleno hace dos miércoles con los rostros del anterior equipo de la Generalitat y la expresidenta del Parlament bajo el lema «no estáis solos»; entonces mostró unas esposas de detención en el hemiciclo. El político del PDECat fue el consejero menos independentista de Puigdemont e intentó sin éxito ejercer el papel de mediador entre la Generalitat y el Gobierno.
Mensaje persuasivo
Pastor citó el martes a su despacho a Rufián para advertirle de que no le permitirá más números en el hemiciclo y recordarle que el Reglamento establece la expulsión para cualquier diputado que altere el debate. La expulsión de un diputado es un castigo poco común ya que sus señorías tienen que ser llamados al orden tres veces antes de tener que abandonar el hemiciclo. Con todo, en los últimos años se ha popularizado esta fórmula, fundamentalmente por los independentistas para captar la atención mediática y reforzar su discurso victimista.
Pero tras este ultimátum la presidenta del Congreso también le dirigió un mensaje persuasivo que es el que relajó la tensión y le permitió después conversar sobre Vila. Pastor intentó hacer ver a Rufián que las salidas de tono en los Plenos perjudican a la imagen de la institución y contribuyen a que la población pierda el respeto a la clase política. Pero que además se daña a él mismo porque aunque consiga atención mediática ésta se centra en la escena montada y su mensaje político se pierde. El consejo también es personal.
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