Pablo Casado se rearma en Madrid como trampolín para llegar a La Moncloa

El PP confía en que los resultados de las autonómicas y municipales del 26-M fuercen a Sánchez a convocar elecciones

Pablo Casado llegando al acto junto a los candidatos, Ángel Garrido y a la dirección nacional del PP EFE

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Ganar Madrid supuso para el PP, en 1991, iniciar el camino hacia la Moncloa. Pablo Casado quiere repetir la gesta: recuperar el Gobierno de la capital y mantener el de la Comunidad Autónoma será su trampolín hacia la Presidencia del Gobierno de España. Para conseguirlo, ha decidido rearmar ideológicamente a los candidatos , eligiendo un ticket electoral fielmente ajustado a la nueva línea del PP post-Rajoy: jóvenes, frescos y con un discuso más conservador.

Isabel Díaz Ayuso (candidata a la Comunidad) y José Luis Martínez-Almeida (cabeza de lista para el Ayuntamiento de Madrid) fueron presentados ayer por Casado, en un acto multitudinario en el que quedaron meridianamente claros sus dos objetivos: frenar a Vox en la región y obtener unos resultados tales que fuercen a Pedro Sánchez a la convocatoria de elecciones generales. «El resultado de mayo tiene que ser decisivo para que Sánchez convoque elecciones; es absolutamente necesario», insistía Pío García-Escudero , presidente del Senado y del PP madrileño.

«Pico y pala»

Pablo Casado es un hombre con memoria . Lo demostró ayer, al reivindicar ante el auditorio la «escuela del pico y pala» de Esperanza Aguirre , de la que en su día salieron él mismo y también los candidatos que presentaba, ambos personas del entorno ideológico y generacional y apuestas personales en las que se juega parte de su futuro. Los definió como «la esencia de la pata negra del partido», y ellos se plantean convertir Madrid en el «dique de contención» de la izquierda -como dijo Díaz Ayuso- y ser la «palanca de cambio para llegar a la Moncloa», en palabras del muy preciso Martínez-Almeida.

El presidente popular reivindicó las políticas seguidas en la Comunidad de Madrid durante los últimos 20 años -los de gobiernos populares- frente a esos «socialistas anaftalinados » que encabeza Pedro Sánchez, «un mentiroso en el Gobierno de España» -por no convocar elecciones, como prometió. Aseguró que su partido será el «dique de contención de los independentistas» y apoyará la «España de los balcones», siempre ocupando «el centro» y sin «moverse: seguimos en el mismo sitio de siempre», afirmó.

«Estamos preparados» para ganar las elecciones , dijo, y también para otra hipótesis con más probabilidades de producirse: establecer gobiernos allí donde no consigan mayoría a través de pactos con «más partidos». Contrapuso la seguridad que supone el PP en este escenario frente al voto entregado a otros partidos -Vox aparece en las pesadillas de todos los populares- que «no saben lo que van a votar, ni si su voto podrá dialogar ni ponerse de acuerdo con ningún otro».

A los candidatos les aconsejó ir directo al corazón de los electores: no «enredarse» en densos programas electorales, sino ir «a lo esencial, a enamorar a la gente» con «un puñado de ideas».

«Quienes tienen que tener miedo son ellos; nosotros llevamos 25 años ganando elecciones en Madrid», sostuvo Martínez-Almeida

El cabeza de lista para la capital, José Luis Martínez-Almeida, recordó a Carmena que «le quedan 133 días como alcaldesa de Madrid». El jefe de la oposición a la regidora se lanzó a su primer discurso como candidato con la pasión que le caracteriza, con un discurso sin un papel -no los necesita- en el que que recordó los 25 años de alcaldes populares -Álvarez del Manzano, Ruiz-Gallardón y Ana Botella- y propuso un Madrid «más libre» que se centre en «las personas y no en la colectividad» que defiende Carmena. Almeida, abogado del Estado, rechaza el discurso del miedo que se ha implantado en amplios sectores de su partido desde la irrupción de Vox en las elecciones andaluzas: «Quienes tienen que tener miedo son ellos; nosotros llevamos 25 años ganando elecciones en Madrid», sostuvo.

Logró poner en pie al auditorio al mostrar la foto de la alcaldesa con Puigdemont, Junqueras y Romeva en el acto a favor de la independencia de Cataluña celebrado en un edificio del Ayuntamiento madrileño: «En Madrid no volverá a producirse la foto de una alcaldesa con tres golpistas».

También Díaz Ayuso se enfrentó a su primera aparición como candidata con un mensaje claro: «Madrid va a ser el muro contra el independentismo, el populismo y el sectarismo». Como se encargó de recordar, ella forma parte de esa «generación de la democracia» y viene a «vender» un PP moderno, frente al «comunismo rancio» de los que «van de nuevos ricos» y han dejado «su barrio y sus vecinos de Vallecas para instalarse en una mansión millonaria».

Se niega a que «nos quieran dividir en ricos y pobres», y abomina del discurso feminista radical porque las mujeres, cree, «no queremos que nos colectivicen en débiles, en pobrecillas; no necesitamos que nos dirijan y que nos protejan esos líderes de la izquierda».

Al Madrid que ella quiere presidir «no van a venir Otegis; no va a haber actos promoviendo antisemitismo, odio hacia otros», pero sí «apoyo» a Cataluña y fomento «a la unidad de España y al legado de 1978». Para eso primero hace falta que el PP revalide el Gobierno autonómico porque «Madrid, o es del PP o es de la izquierda».

La elección de Casado para el ticket electoral madrileño despertó entusiasmo en la dirección regional del partido, pero también alguna inquietud entre los veteranos. Algunos detectaban ayer «poca euforia» tras escuchar los discursos de los candidatos, que les parecieron «flojos», y recordaban con nostalgia los tiempos de los grandes liderazgos. Por eso, pedían que en las listas, las nuevas caras fueran «bien arropadas» por personas con más experiencia.

Descartes

Algunos cargos reconocían que antes de llegar a los dos nombres finalmente elegidos, «se tocó a todo el mundo» , sin éxito. Al final, la batalla por el Ayuntamiento quedó claramente decantada por Martínez-Almeida, mientras que para la Comunidad se dudó hasta última hora entre Isabel Díaz Ayuso y Antonio González Terol .

El partido es consciente del momento delicado que atraviesa, con un competidor en el centro -Ciudadanos- y otro a la derecha -Vox- y la necesidad de hacer equilibrios entre una y otra franja. La campaña electoral, que empieza ya aunque oficialmente no lo haga hasta mayo, va a ser determinante para decantar al electorado.

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