El oscuro secreto de la «masía de hippies»

Joe Brech, fugitivo por matar a un menor hace veinte años en Holanda, trató de ocultarse en una casa perdida en Cataluña

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Parecía que aquella masía de «hippies» perdida en un bosque de Castellterçol era el lugar perfecto para seguir guardando silencio. Joe Brech debió de pensar que era imposible un mejor escondite para seguir esquivando a las autoridades holandesas

Era el único sospechoso de haber abusado y matado, hace ya veinte años, al pequeño Nicky Verstappen . Un crimen sin resolver que conmocionó Holanda en 1998.

El fugitivo llegó a principios de abril, habló con las dos familias de la masía y les propuso ayudar a cambio de comida y cobijo. Los moradores dieron el visto bueno. Se reivindicó como un experto en plantas medicinales , el voluntario perfecto. También era un buen cazador y sabía fabricar trampas.

Su personalidad estaba marcada por una introversión extrema . No usaba internet, ni teléfono ni quería saber nada del mundo. Toda su vida giraba en torno a las plantas.

Hace unos días llegó a la masía un holandés, amigo de la casa. Los masoveros le presentaron a su compatriota y charlaron un par de horas. Les unía la nacionalidad.

Cuando vio en la prensa la foto de uno de los fugitivos más buscados, no dudó de que era él. Llamó a los masoveros y le confirmaron que se trataba Joe Brech.

Se pusieron en contacto con la policía y convinieron un plan con los agentes : una estrategia que no perturbara a los huéspedes y que dificultaba al fugitivo su escapatoria.

Veinte años después de supuestamente abusar y matar al pequeño Nicky Verstappen, de tan solo 11 años de edad, el presunto asesino y pedófilo por fin era capturado .

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