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Pablo Iglesias, secretario general de Podemos - REUTERS

Una oposición a la gresca deja a Rajoy un debate tranquilo

Iglesias desprecia a Hernando y ningunea al PSOE como partido de oposición

Madrid Actualizado: Guardar
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Por momentos Mariano Rajoy parecía un espectador. Quedaba claro que el periodo de bloqueo político que España está a punto de cerrar ha sido el espejo del bloqueo de la oposición. PSOE y Podemos volvieron a rivalizar ayer por la condición de líder de la oposición. Una disputa en la que incluso Ciudadanos quiere tener algo que decir, no ya como líder, sino como agente constructivo ante la división socialista y el desprecio a las instituciones del que volvió a hacer gala ayer Pablo Iglesias.

Intentó defender su posición Antonio Hernando, que como portavoz del PSOE tuvo ayer el papel más complicado, con un discurso que trató de justificar lo que hace semanas era injustificable para los socialistas. «Vamos a hacer de oposición.

Háganse a la idea», aseguraba Hernando en un momento dirigiéndose a Rajoy pero con Iglesias como destinatario de fondo. La buena fama y consideración que tiene Antonio Hernando como parlamentario por todos los grupos no le sirvió ayer para librarse de una durísima réplica por parte de Iglesias, que evidenció la ruputura total de relaciones entre PSOE y Podemos. Iglesias se afanó la mayor parte de su intervención en equiparar a los socialistas con el PP y no tanto en plantear una alternativa a Rajoy.

Ataque personal a Hernando

Iglesias se recreó en la división de los socialistas y en negar que el PSOE pueda ejercer ningún tipo de alternativa. «Es muy difícil decir que se es oposición después de entregar el gobierno», con una decisión que «pone fin al sistema político que sucedió a nuestra Transición». El líder de Podemos ahondó en el voto contrario del PSC como muestra de un «ecosistema político propio en Cataluña» para asegurar que «el mundo político catalán posterior a la Transición ya no existe».

También criticó Iglesias las referencias de Hernando al legado histórico del PSOE: «No manche usted el nombre y la memoria de los viejos socialistas. No se comparen ustedes con ellos porque no tienen nada que ver». Pero lo más hiriente sucedió a raíz de las palabras de Hernando respecto a lo duro que había sido para el PSOE adoptar muchas decisiones (abandonar el marxismo, la apuesta por la OTAN) que luego fueron positivas: «Le ha faltado añadir que fue muy duro descabalgar a Pedro Sánchez y seguir de portavoz pero el tiempo me dará la razón», recriminó Iglesias en un ataque que dejó a Hernando inmóvil en su escaño con la mirada perdida.

El líder de Podemos trató de plasmar su convencimiento de que «es falso que se pueda gobernar desde el Congreso», y trató de orillar al PSOE para ganarse todo el espacio de la oposición: «Ustedes están más cerca del PP que de nosotros». En todo momento se refirió a PP, PSOE y Ciudadanos como una «triple alianza».

Por su parte, Albert Rivera se vio relegado ayer a un papel secundario. Pero en su discurso quiso mantener las distancias con el PP, situándose como «oposición constructiva», en un intento por confrontar con Iglesias y su defensa del cerco al Congreso. Rivera glosó algunas de las medidas de su acuerdo con el PP para demostrar que es desde las instituciones desde donde se pueden lograr los cambios: «Estas son nuestras pancartas. La nueva política no es gritar, es dar soluciones a los españoles».

Mientras la oposición se enzarzaba en una discusión que marcará la legislatura, Rajoy esperaba a que llegáse el próximo sábado. Una sesión en la que, a buen seguro, no le importó ceder el protagonismo ante el enfrentamiento de una oposición fragmentada.

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