A pesar de las restricciones impuestas por la pandemia, cientos de personas se reúnen en Barcelona durante el fin de semana en el paseo del Born, Lluís Companys y su entorno para tomar copas y socializar. La Guardia Urbana llega en momentos clave y pone multas a diestro y siniestro. Una medida que ayuda a disolver momentáneamente a los más jóvenes, aunque las fiestas callejeras se reproducen pasados unos minutos en otras calles. Para colmo, algunos restauradores de los bares sirven bebidas alcohólicas para llevar en vasos de café, para disimular el consumo.-Redacción-
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