Defensa
La derivada industrial de la retirada de la Méndez Núñez: Navantia y el contrato de 20 nuevas fragatas
Otra de las misiones de la fragata con el portaaviones Abraham Lincoln afectaba a intereses económicos
La retirada de la fragata Méndez Núñez (F-104) del Grupo de Combate del Abraham Lincoln puede tener una derivada industrial ya que otro de los propósitos del despliegue era que la US Navy comprobase de primera mano el funcionamiento de este tipo de fragatas de la Armada Española en un despliegue con un portaaviones estadounidense.
Así lo manifestaron a ABC fuentes de Navantia la semana pasada durante un foro industrial: «Representa un escaparate magnífico para mostrar las fortalezas de un tipo de fragatas que están equipadas con el sistema de combate Aegis, utilizado y compatible con la US Navy, pero en un buque de tamaño y coste inferior».
Actualmente hay un proyecto industrial por el cual la US Navy adquirirá 20 nuevas fragatas de escolta . Entre las ofertas aspirantes se encuentra la del astillero español Navantia, que se alió para el programa -denominado FFG(x)- con el astillero estadounidense General Dynamics Bath Iron Works.
Fragatas F-100, coste menor
«En la US Navy se ha extendido la idea de que una fragata como las F-100 españolas, con coste y dotación bien dimensionados, y con el radar Aegis de la estadounidense Lockheed Martin incorporado es la opción más plausible para su futuro programa de fragatas», destacaron a ABC fuentes militares cuando Navantia presentó su alianza con el astillero General Dynamics Bath Iron Works , uno de los principales en EE.UU.
La oferta de General Dynamics Bath Iron Works se basa en el modelo de fragata F-100 española, exportado ya a Noruega o Australia. Los otros competidores en el programa FFG(x) son Huntington Ingalls, Lockheed Martin, Fincatieri y Austal USA.
A ello hay que unir la experiencia adquirida por los destructores estadounidenses de Rota (Cádiz) en maniobras conjuntas. Todo ello da como resultados muy favorables al tipo de buque de la fragata F-100.
El astillero español inauguró en febrero una sede en Washington para trabajar en este proyecto. Fue inaugurada por la presidenta, Susana de Sarriá .
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