El 'muñidor' de la Gürtel, a otro acusado: «Esto no se juzga, la condena se pacta»
Blanco Balín animó a un empresario que se sienta en el banquillo por la pieza de Boadilla a asumir, como él, el relato de la Fiscalía
La cascada de supuestas confesiones y reconocimientos de hechos que se ha sucedido en estos días previos al juicio del caso Gürtel sobre la pieza de Boadilla del Monte (Madrid) que arranca este martes tienen, en algunos casos, cara b. Como la cadena de correos electrónicos que ha presentado uno de los acusados para intentar demostrar que el relato de otro, que le involucra, no sólo es falso sino que antes de presentarlo, le animó a sumarse a él.
Se trata del asesor financiero de empresas de la trama, Ramón Blanco Balín, que ya fue condenado en calidad de «muñidor» de una rama de la Gürtel en Valencia y que vuelve de nuevo al banquillo . Según la documentación a la que tuvo acceso ABC, envió un correo electrónico el pasado mes de octubre al empresario Carlos Jorge Martínez Massa, también acusado, en el que le instaba a sumarse al relato de la Fiscalía, a lo que él se negaba porque sostiene que es inocente.
«Me permito escribirte después de la conversación que han tenido tus abogados con los míos, aconsejándote que tú mismo hables con mis abogados y después, tomes la decisión que te parezca más oportuna, ya que creo que tu abogado con todos mis respetos, está confundido », le dice en el primero de los mensajes, fechado el 25 de octubre y del que la defensa de Martínez Massa dice estar dispuesto a someter a pericial de autenticidad.
«Como sabes -prosigue- nosotros llevamos muchos años y con muchos procedimientos y al final hemos tenido que reconocer muchos hechos que no son verdad pero en los que intentamos pelear no nos ha servido de nada». Y zanja: «El procedimiento Gurtel no se juzga, las condenas o se pactan o siguen las pautas fijadas por Fiscalía».
El propio Balín reconoce en su mensaje que es «una vergüenza» darle al otro ese consejo. pero le insta igualmente a escuchar a los abogados «que llevan viendo esto muchos años». « Además, los pactos deben incluir los hechos de los escritos de acusación, si no, no los aceptan », añade, para despedirse con un mensaje final: «Siento que estés en este procedimiento pero no puedo hacer otra cosa», se despide.
En su respuesta, que se ha presentado igualmente para que la tenga en cuenta el tribunal, el empresario contesta que «nadie mejor» que el propio Balín sabe que su participación en los hechos fue «nula». «A partir de ahí, me resulta insoportable aceptar que he hecho lo que no he hecho. No sé con qué criterio se juzgará este asunto ni cuáles serán las consecuencias. Aceptaré las que me toquen, pero lo que de ninguna manera haré será reconocer que he participado de una manera consciente en los actos que se me imputan y mucho menos aquellos otros que no son más que pura y llanamente, condiciones supuestamente impuestas».
Hay una respuesta más de Blanco Balín, ya del 28 de octubre, en la que le insta de nuevo a hablar con sus abogados y le traslada que en su primer juicio fue «por libre porque no había hecho nada» de lo que se le imputaba y acabó condenado igualmente.
Cuando llegó esa respuesta, la defensa del asesor fiscal había ya presentado ante la Fiscalía Anticorrupción un escrito de confesión y reconocimiento que implicaba al empresario, introduciéndole en la órbita de Correa por la compraventa de un inmueble en la que él asegura que no tuvo ninguna relación con él. Los aporta, dice su letrado, porque en el intercambio «queda evidenciado el móvil de la implicación» de su cliente que hace Blanco Balín en su relato.
La mitad son conformidades ya
El suyo uno de la docena de escritos de reconocimiento de los hechos que se han presentado ya impulsados por los principales acusados, desde el cabecilla de la Gürtel Francisco Correa y su número dos, Pablo Crespo, hasta el alcalde de Boadilla, Arturo González Panero . El último ha sido José Luis Izquierdo, conocido como «el amanuense» de la Gürtel por sus anotaciones a mano.
En algunos casos, se ciñen a asumir el relato de hechos de la Fiscalía Anticorrupción -contratos municipales a dedo a cambio de comisiones o apoderamiento de fondos de entidades públicas- y otros, amplían el elenco de implicados.
Fue el caso del otrora responsable de la empresa municipal de la vivienda en la localidad madrileña, Tomás Martín Morales. Él salpicó en su supuesta confesión a la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes, que nunca fue investigada en esta trama y que ha anunciado ya acciones legales en defensa de su honor. En paralelo, hay una parte de acusados que sí piensan plantar batalla, como el empresario mencionado, o los que fueron funcionarios en el ayuntamiento y que dicen, nada tienen que ver. Tampoco el PP, que comparece como partícipe a título lucrativo ha pedido acuerdo alguno: niega rotundamente los hechos que expone Anticorrupción.
Al final, como viene advirtiendo la Fiscalía, estos movimientos se toman como lo que son, escritos tendentes a conseguir rebajas de las condenas por atenuantes de confesión, por lo que todos se acogen con cautela. No obstante, a nadie se le escapa que en otra pieza separada, la relativa a las obras en la sede del PP, el extesorero del partido Luis Bárcenas jugó la misma carta y también en ciernes de la vista oral. Salió con una pena de dos años en lugar de los cinco que pedían los fiscales porque el tribunal le reconoció una colaboración efectiva con la Justicia, pese a haberla prestado tras años de contradicciones y en el último momento.
El juicio está señalado para que arranque este martes aunque aún cabe la posibilidad de que sufra una nueva demora. Al menos una de las once empresas que están imputadas como persona jurídica podría haberse quedado ya sin abogado porque tenían asignado uno del turno de oficio y el Ministerio de Justicia no paga servicios así cuando se trata de mercantiles, tal y como obra en la documentación a la que tuvo acceso este diario.
