La UE mira los cambios en España pendiente de las urnas alemanas

Bruselas asume con naturalidad los constantes relevos en los 27 gobiernos

Quién ha ganado las elecciones alemanas

Estos son los ministros que salen del Gobierno

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Esta semana se ha anunciado la vuelta de Donald Tusk a la política polaca, con lo que pueda suponer para las relaciones con la UE del actual gobierno nacional populista. Y ayer domingo se celebraban elecciones en Bulgaria, que podían dejar el país en manos de un cantante de cuyas ideas políticas se ignora casi todo. Que el Gobierno español haya cambiado a algunos ministros este sábado no es un tema que pueda inquietar en ningún caso a las instituciones comunitarias, habituadas a que en los 27 se países se produzcan constantemente cambios o incluso bandazos políticos y en estos momentos la única elección nacional que preocupa en Bruselas es la que se celebrará el 26 de septiembre en Alemania, de la que lo único que se sabe es que ya no participará Angela Merkel , que se retira después de tres lustros de influencia decisiva en los asuntos europeos.

Todos los nuevos ministros serán saludados por sus pares en el primer consejo en el que participen, como se hace habitualmente porque la llegada de caras nuevas es un fenómeno habitual en la UE. A la vicepresidenta Nadia Calviño tal vez alguien le mencione su «ascenso» en el escalafón gubernamental en un tono amable , pero nada de lo que haya decidido el presidente del Gobierno Pedro Sánchez puede cambiar las expectativas que sigue suscitando España en estos momentos: que se pongan en marcha cuanto antes reformas para mejorar la estructura económica del país, especialmente en la mejora del mercado de trabajo y en la sostenibilidad fiscal de las pensiones.

Elementos inesperados

En estos momentos de grandes turbulencias, los funcionarios de la DG ECO (Dirección General de Economía) de la Comisión no tienen duda de que el dinero de las ayudas va a ser distribuido en cualquier caso, porque la prioridad absoluta es la reconstrucción de la economía cuanto antes. Han aparecido elementos inesperados como el parón que supone la escasez de componentes industriales, sobre todo electrónicos, o las vacilaciones en la acción contra la expansión de las nuevas variantes del virus, pero el equipo de Ursula von der Leyen tiene claro que no quiere ser un obstáculo añadido para ningún país y que el dinero fluirá y no será la Comisión la que levante los obstáculos.

Pero eso no significa que las recomendaciones técnicas desaparezcan y esas dos reformas, la laboral y la de las pensiones, son las que Bruselas espera que el Gobierno lleve a cabo. El papel de Calviño ha sido hasta ahora pedir paciencia y compresión a la Comisión con la promesa vaga de que harán todo lo que esté en sus manos para cumplir. En todo caso, el límite lo sabe bien la vicepresidenta Calviño y está en «la preservación de los elementos más positivos de la reforma de la legislación laboral de 2013»; o lo que es lo mismo, si la alternativa es una legislación que vuelva a la rigidez anterior, para Bruselas es aceptable que las cosas se queden como están. Mientras Calviño consiga paralizar las pretensiones de su colega de gabinete Yolanda Díaz, la Comisión seguirá poniendo buena cara.

En este sentido, desde el ejecutivo comunitario pueden considerar que la elevación de Calviño es una buena señal, pero lo relativiza que la ministra de Trabajo no haya cambiado ni haya anunciado que ha cambiado de política o de sensibilidad.

Lo que si esperan con ansiedad es el diseño de los presupuestos de 2022 en los que el Gobierno deberá construir unas cuentas públicas con el dinero del fondo de ayuda a la recuperación. Ese será el nudo gordiano de la visión que la Comisión Europea va a tener del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, para quien puede que sea la última oportunidad de hacer unas cuentas públicas con tanto margen en el gasto. En otoño va a empezar de nuevo la duiscusión sobre el momento en el que los países tendrán que volver a la estabilidad presupuestaria, probablemente en 2023. Y para el resultado de esa discusión será esencial el resultado de las elecciones en Alemania. Y ahí sí que observarán las cosas con todo detalle.

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