La oposición cerca en el Congreso a Marlaska, que niega cualquier «injerencia» en el informe del 8-M
PP, Vox y Cs elevan la presión sobre el ministro y le exigen que dimita en una tensa sesión de control
Pese a las llamadas que el coronel de la Guardia Civil, Diego Pérez de los Cobos , recibió por parte de tres superiores para intentar conocer datos sobre la investigación del 8-M, el titular del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha aferrado este miércoles a negar cualquier «injerencia» pero ha eludido desvelar si fue él quién ordenó esas presiones .
«No ha habido ni habrá ninguna injerencia con otro poder del Estado mientras sea ministro del Interior», ha insistido el exmagistrado una y otra vez, aunque ha evitado contestar a las insistentes preguntas de la oposición sobre si ordenó a sus subordinados que pidieran a Pérez de los Cobos datos sobre el informe del 8-M.
Un documento sobre el que Grande-Marlaska asegura no tener información. «Hay un informe que desconozco y que está donde debe estar, en la autoridad judicial para que lo valore», prosiguió, dejando la gran pregunta en el aire. «¿Fue usted el que ordenó llamar al coronel y ordenó el cese? Son las preguntas que haría siendo juez», le interrogó el portavoz de Cs, Edmundo Bal, sin obtener respuesta.
El ministro ha sido el blanco principal de la oposición en la tensa sesión de control que se ha celebrado este miércoles en el Congreso, en la que el PP, VOX y Cs le han exigido que dimita, y en la que le jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha querido respaldarle públicamente .
Desde el PP, cuatro diputados dirigieron sus preguntas al ministro con el objetivo de arrinconarle. El coordinador económico del grupo, Mario Garcés, le exigió que restituyera a Pérez de los Cobos al frente de la Comandancia de Madrid al tiempo que le acusó de haber perdido el «honor» en su labor como ministro, mientras la diputada Carolina España le acusó de traficar con la subida salarial de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y el parlamentario Eloy Suárez le echó en cara la utilización de las instituciones.
«¿Tras culpar al PP de su pacto con Bildu también vamos a tener la culpa de las destituciones de guardias civiles que no se pliegan a un gobierno que ha perdido la decencia? ¿Qué les deben ustedes a los voceros de ETA? ¿Vamos pacto a pacto hasta la amnistía de los presos de ETA?», espetó al ministro la diputada Teresa Jiménez Becerril, hermana y cuñada de dos asesinados por ETA.
Además, Grande-Marlaska ha vuelto a enmarcar la destitución de Pérez de los Cobos en la reorganización del equipo de Interior pese a que se produjo el domingo por la noche de manera telefónica y al final de una llamada de la directora general de la Guardia Civil, María Gámez , sobre el informe del 8-M.
Precisamente, la secretaria general del Grupo Vox, Macarena Olona , ha anunciado que su grupo interpondrá una querella contra Gámez y contra el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez y ha advertido a Grande-Marlaska, de que «caerá» por sus subordinados. El titular de Interior ha defendido a ambos como «dos excelentes profesionales» pese a las presiones realizadas por ambos sobre Pérez de los Cobos.
El exmagistrado también ha negado que la subida salarial de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado haya sido una maniobra improvisada para calmar los ánimos después del cisma abierto por la destitución de Pérez de los Cobos.
Y ello pese a que la medida se incluye en una disposición adicional de un decreto agrario, y no tiene cuerpo jurídico propio. Aun así, la subida está pactada y estaba lista desde el pasado jueves.
Grande-Marlaska solo ha abandonado el guión de negar cualquier injerencia para subrayar que exige «neutralidad» a todos los funcionarios porque solo así se garantiza el estado de derecho.
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