David Marjaliza, número dos de la trama Púnica, confesó ante el juez Eloy Velasco y las fiscales Anticorrupción que en el «98 por ciento de las viviendas protegidas se pagaba comisión a alguien». Marjaliza, que ha colaborado con la investigación, se permitió bromear cuando le preguntaron cómo funcionaba el sistema: «Había una máxima, un chascarrillo: si te gusta la magia no preguntes el truco ».
La declaración de Marjaliza dejó a los pies de los caballos al exalcade de Cartagena y exasesor de Josep Borrell , José Antonio Alonso Conesa, encargado de gestionar el pago de comisiones en ayuntamientos del PSOE: «El que sabe cómo van las comisiones es José Antonio. Pagábamos nosotros y él gestionaba». El exregidor murciano cobraba por sus intermediaciones «200.000, 300.000 euros...». Marjaliza especificó que las comisiones «se pagaban después de la adjudicación. Una vez pagamos antes en Pinto y no nos adjudicaron y se nos devolvió».
El empresario de Valdemoro reconoció tener cuentas en Suiza y Singapur, en ningún otro lugar fuera de España, «salvo que la estructura que crean los bancos use otros países». Dijo haber hecho operaciones a través de Suiza y Singapur para «repatriar dinero a España». Vendió sus plumas estilográficas y obras de arte en Singapur «porque allí se venden más caras y se tributa menos ».
Al gestor de su banco le daba dinero en metñalico, «en billetes, de 50, de 100, de 500, de lo que tuviera».
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