El juez paraliza el inminente derribo del monumento dedicado a las víctimas del crucero «Baleares»

La medida cautelar ha sido adoptada después de que una entidad proteccionista anunciase un recurso contra el expediente de demolición aprobado por el tripartito palmesano

El crucero «Baleares» había sido torpedeado y hundido el 6 de marzo de 1938, cerca de Formentera por destructores republicanos ABC
Josep María Aguiló

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El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Palma ha comunicado este lunes al Ayuntamiento de Palma la suspensión de uno de los acuerdos adoptados por la Junta de Gobierno municipal el pasado 24 de julio, en concreto el acuerdo de continuar por vía de urgencia el expediente de demolición del monumento dedicado a las víctimas del crucero «Baleares». El actual equipo de gobierno tripartito —conformado por el PSOE, MÉS y Podemos— ha anunciado ya que en el plazo de tres días presentará alegaciones contra la citada medida cautelar.

El hoy controvertido monolito dedicado al «Baleares» fue erigido hace siete décadas en el Parque de Sa Feixina y sufragado por suscripción popular. Una vez construido, fue inaugurado en 1947 por el entonces jefe del Estado, Francisco Franco. El crucero «Baleares» había sido torpedeado y hundido el 6 de marzo de 1938 , cerca de Formentera, en el transcurso de un combate nocturno con un grupo de destructores republicanos. En total, fallecieron 788 marineros, muchos de ellos adolescentes.

Las actuales mayorías de izquierdas que gobiernan en el Ayuntamiento de Palma y también en el Consell de Mallorca llevan meses abogando por la inmediata demolición del monolito, al considerarlo un memorial «fascista» . Con anterioridad al citado acuerdo municipal del 24 de julio, ahora cautelarmente suspendido, el Consell de Mallorca había decidido en el pleno extraordinario celebrado el 18 de julio no proteger el monumento, lo que en la práctica suponía dar vía libre a la demolición por parte del consistorio palmesano.

La propuesta de no protección fue aprobada en el Consell de Mallorca con los votos del PSOE, MÉS y Podemos, mientras que el PP, Ciudadanos y Proposta per les Illes (PI) votaron a favor de catalogar el obelisco. Los integrantes del tripartito en la institución insular no tuvieron en cuenta el criterio de la Ponencia Técnica de Patrimonio Histórico, que por dos veces había avalado la protección del monumento.

Una vez rechazada la catalogación del memorial por parte del Consell de Mallorca, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Palma aprobó el citado expediente de demolición. La decisión cautelar adoptada ahora por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo se ha producido después de que la Asociación para la Revitalización de los Centros Antiguos (ARCA) hubiera anunciado que presentaría un recurso contra el ya mencionado acuerdo municipal del pasado 24 de julio.

La posición del actual tripartito palmesano difiere por completo de la postura que sobre este asunto mantuvo el tripartito de centroizquierda que gobernó en la capital balear en el mandato 2007-2011 . En aquella legislatura, el consistorio estaba presidido por la socialista Aina Calvo, que gobernaba junto con el BLOC —antecedente de MÉS— y con la hoy extinta Unió Mallorquina. En la oposición municipal se encontraba en aquel momento sólo el PP.

Con Calvo como alcaldesa, en 2010 se acordó por unanimidad conservar el monolito, eliminar del mismo los elementos de «exaltación del régimen franquista» y colocar una placa contextualizadora. Dicha placa fue redactada en cinco idiomas —castellano, catalán, inglés, francés y alemán— con esta inscripción: «Este monumento fue erigido en el año 1948 en recuerdo de las víctimas del hundimiento del crucero 'Baleares', durante la Guerra Civil (1936-1939) . Hoy es para la ciudad símbolo de la voluntad democrática de no olvidar nunca los horrores de las guerras y las dictaduras. Palma 2010».

Durante la pasada legislatura, con el popular Mateo Isern como primer edil, no hubo ninguna controversia en relación a este asunto, ni por parte del equipo de gobierno ni por parte de la oposición. Sin embargo, con la llegada del actual tripartito al consistorio, a mediados de 2015, se reabrió la polémica sobre el futuro del monumento. En ese sentido, tanto quien ha sido el alcalde en los dos primeros años de este mandato, el socialista José Hila, como quien le relevó en el cargo el pasado 30 de junio, el econacionalista Antoni Noguera, han mantenido una posición unívoca a favor de la demolición del monolito.

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