El juez imputa a Fernández Díaz por su «participación directa» en Kitchen

Descarta llamar a Cospedal porque su implicación «se sustenta en referencias de terceros» y el juez pone el foco en Interior, «centro nuclear» del caso

Francisco Martínez y Jorge Fernandez Díaz EFE

Isabel Vega

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«Las investigaciones practicadas hasta el momento permiten situar el centro nuclear de la operación (Kitchen) en el Ministerio del Interior, desde donde se habría dirigido toda la operativa, presuntamente, con la participación directa del ministro y actuando por delegación de este, al parecer, el secretario de Estado de Seguridad».

Es la conclusión a la que ha llegado el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, para llamar a declarar como imputado por presuntos delitos de malversación, prevaricación y revelación de secretos al titular de Interior en la época de Mariano Rajoy, Jorge Fernández Díaz. No toma, no obstante, la misma decisión con la exsecretaria General del PP, María Dolores de Cospedal.

Fernández Díaz está citado el 30 de octubre en relación a la Operación Kitchen, el despliegue parapolicial desarrollado bajo su mandato que perseguía intervenir a Luis Bárcenas documentos y audios comprometedores para el PP en plena investigación de la presunta 'caja B'.

En un auto dictado este viernes, el juez aceptaba esta diligencia instada por la Fiscalía Anticorrupción por «necesaria, útil y pertinente», en un momento en el que, entiende, hay que centrar el tiro en el Ministerio del Interior. Se basa en los audios y la documentación que obran en el sumario, pero también en que si el principal confidente, el chófer de Bárcenas Sergio Ríos, estuvo meses cobrando de los fondos reservados, «los mandos superiores» de Interior debían saberlo.

El auto añade un indicio más: Ríos acabó entrando en la Policía en lo que los investigadores presumen que fue un pago más de sus servicios. «Un extremo que requería necesariamente de la participación de cargos con capacidad de influencia suficiente ».

Pero el indicio más llamativo son los mensajes con detalles de la operación que el exministro envió a su número 2 , el secretario de Estado Francisco Martínez, y que él consignó ante notario cuando Fernández Díaz se desmarcó del caso ante la Prensa. Le informó, por ejemplo, de quién sería el confidente al inicio de Kitchen .

Martínez lleva meses imputado pero no ha llegado a declarar. El juez le ha citado la víspera de Fernández Díaz, el 29 de octubre, pues ha manifestado su intención de contarlo «todo», en público, pero también en privado. Ese chat no era el único que guardaba su teléfono y que ahora está en poder de los investigadores.

Los testigos

Sus «desahogos» con allegados han motivado que el instructor llame como testigos a tres personas que trabajaron con él y con quienes, una vez fuera del ministerio y con el escándalo en la prensa, compartió impresiones como que la «frase favorita» de Fernández Díaz es «yo no sé nada» . «Estuvimos en una piscina de tiburones» , comentó a otro de esos contactos citados a partir del 22 de octubre.

Hay un cuarto testigo con un perfil peculiar porque indirectamente, es el causante de la imputación de Fernández Díaz. Se trata de Silverio Nieto, un sacerdote muy próximo tanto al exministro como a Martínez y al también investigado comisario Enrique García Castaño, que viene tirando de la manta. En una declaración, mostró a los fiscales un whatsapp de su amigo Nieto, en teoría procedente de Martínez. El exsecretario de Estado avisaba de que tenía en actas notariales los SMS de Fernández Díaz y tendría que utilizarlas si le citaban a declarar. Era una pista. Tras comprobar la existencia de esas actas, el juez acordó la entrada y registro en casa de Martínez y los investigadores se acabaron llevando tanto los mensajes que guardaba del exministro como el resto del contenido de su móvil, con mucha información sobre la recta final de la Operación Kitchen. Fue justo antes del Estado de Alarma. Con el inicio del nuevo curso, los fiscales pidieron la imputación.

Cospedal, no, de momento

Pero también habían solicitado al juez que llamase a la exsecretaria General del PP, María Dolores de Cospedal, y a su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, y el juez no lo ha acordado. El instructor considera «precipitado avanzar hacia hipótesis que apuntan a otras personas y cuya implicación en este momento se sustenta en referencias de terceros».

Apunta en concreto al supuesto vínculo de Cospedal con el comisario imputado Andrés Gómez Gordo, el hombre que en teoría implicó a Villarejo en la captación del chófer. Es tan próximo a la antigua dirigente popular que, entre policías, le llaman «Cospedín». El juez recuerda que ya fue preguntado por esto en sede judicial y negó que Cospedal o su marido le hubiesen pedido nada o estuvieran al corriente.

La Fiscalía Anticorrupción apelaba a las «continuas alusiones», a su conocimiento del asunto que obran en el sumario y, en el caso de su marido, a los audios publicados en los que propone a Villarejo «encargos puntuales» que podrían ser para el PP.

«Este es el momento de ahondar en indicios tangibles, sustentados en evidencias sólidas sobre las que ir construyendo una investigación de la que se desprenden hechos graves presuntamente cometidos por servidores del Estado y que exigen una investigación profunda», contesta el juez a los fiscales.

No lo rechaza, sino que «con carácter previo a resolver», opta por centrarse en los dos mandos de Interior. De lo que declaren dependerá si, como vaticinaba Martínez en otro de sus mensajes, los vapores de esta «cocina» acaban llegando a Mariano Rajoy.

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