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Pancartas en la localidad de Alsasua, tras la agresión a los agentes de las fuerzas de seguridad - JAIME GARCÍA

La juez cree que la izquierda abertzale podía facilitar la huida de los agresores de Alsasua

La magistrada envía a la cárcel a seis detenidos por delitos de terrorismo y retira el pasaporte a dos

Madrid Actualizado: Guardar
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La juez Carmen Lamela considera que la izquierda abertzale radical, a través del movimiento Ospa de Alsasua, podía ayudar a huir a los supuestos agresores del salvaje ataque a dos guardias civiles y sus parejas. Ese riesgo de fuga, alentado por ese respaldo de la izquierda abertzale, es una de las razones que motivaron a la magistrada para encarcelar sin condiciones a seis de los ocho arrestados por el ataque, según consta en el auto que dictó la magistrada, al que accedió ABC.

«El riesgo se acentúa por la facilidad que tienen los investigados, por sus recursos y medios, de salir al extranjero y sustraerse de la acción de la justicia española. Esta consideración no es abstracta dado el apoyo evidente de sus familiares y del colectivo al que pertenecen para facilitar su huida y permanecer lejos de la actuación de los tribunales españoles», argumenta la magistrada, quien atribuye a los arrestados cuatro delitos: de lesiones, de atentado, de provocación a la discriminación, odio o violencia contra grupos, y de terrorismo, cuyas penas superan en conjunto con creces los dos años de prisión.

Los seis encarcelados -Jokin Unamuno, Aratz Urrizola, Julem Goicoechea, Oihan Arnanz, Iñaki Abab y Jon Ander Cob- podrían además volver a delinquir, explica la magistrada, dado que todos forman parte o colaboran con el movimiento Ospa de Alsasua, que realiza actos «violentos o intimidatorios» contra los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, especialmente contra la Guardia Civil, cuya expulsión de Navarra y el País Vasco reclaman.

Dentro de esa campaña hostil ubican la Guardia Civil y la juez el ataque a los dos agentes en la madrugada del pasado 15 de octubre, cuando tomaban una copa en el bar Koxka de Alsasua (Navarra), tras un día de fiestas en la localidad. Pasadas las tres de la madrugada, unas cincuenta personas intimidaron y agredieron a los dos guardias civiles, un teniente y un sargento, y sus respectivas parejas. Al teniente llegaron a romperle el tobillo, razón por la que necesitó una operación.

«Movimiento 'Fuera de Aquí'»

La Guardia Civil sitúa la agresión en «el ambiente» del movimiento «Fuera de Aquí», que reclama la expulsión de las fuerzas y cuerpos de seguridad de Navarra y el País Vasco desde 1998. Esta campaña, que en sus inicios fue promovida por la organización satélite de ETA Gestoras Pro-Amnistía y apoyada por los cachorros de ETA de Jarrai, persiste en la actualidad a través de plataformas populares vinculadas al entorno abertzale radical, a las que pertenecen los agresores.

Según los investigadores, esta campaña hostil busca generar «una sensación de continuo miedo e inseguridad» e impedir que desarrollen «una vida en condiciones de normalidad». En la actualidad, expone el escrito, cuentan con el apoyo de los partidos de Bildu, Sortu y Ernai.

En la localidad de Alsasua esta actividad la practica el movimiento Ospa, entre cuyos promotores está Jokin Unamuno, además de Adur Ramírez de Alda y Edurne Martínez. Su intención es estropear la calidad de vida de los agentes de la Guardia Civil del municipio, «sintiéndose en todo momento objetivo de grupúsculos violentos, llegando a tener miedo para realizar actividades cotidianas», y aislarles socialmente, impidiendo que los habitantes del pueblo se relacionen con ellos y sus familias.

La magistrada, que argumenta que este ataque buscó «subvertir el orden constitucional o alterar gravemente la paz pública», asumió la competencia al apreciar que el ataque puede constituir un delito de terrorismo. En el auto, Lamela describe el papel activo de los seis encarcelados en la agresión. Unamuno abrió el camino al encararse con los dos guardias civiles, echándoles en cara que no tenían derecho a estar allí. Unamuno les propinó patadas y puñetazos, según han reconocido los agentes y sus parejas, quienes han identificado fotográficamente a los seis encarcelados por la juez. Oihan Arnaz fue uno de los más activos en la pelea y, según ha explicado una de las parejas de los agentes, se ensañó con el teniente sargento cuando éste se encontraba ya en el suelo, «dándole patadas y pisándole con gran profusión, utilizando gran destreza en sus movimientos».

Los golpes continuaron hasta que llegaron al lugar dos agentes de la Policía Foral de Navarra. Los agresores, de los que la Guardia Civil identificó a doce, además les insultaron e increparon, llamándoles «hijos de puta», «putos pikoletos», «txakurras» o «cabrones fuera de aquí». También les amenazaron con expresiones como «esto os pasa por venir aquí». La jueza concluye que los implicados golpearon a los agentes «única y exclusivamente» por ser guardias civiles.

Dos de la ocho personas arrestadas se libraron de entrar en prisión. Las mujeres Eduarne Martínez (una de las líderes del movimiento Ospa) y Ainara Urquijo tuvieron que entregar el pasaporte, tienen prohibido salir de España y tendrán que acudir dos veces a la semana en el juzgado. La magistrada tomó estas medidas, de acuerdo con la Fiscalía, al considerar que ambas tuvieron «una menor participación en la materialización de los golpes y demás agresiones físicas».

Además, la magistrada ha citado para el próximo miércoles a otras dos personas que se han presentado en la Audiencia Nacional de forma voluntaria. Se trata de Adur Ramírez, uno de los promotores del grupo hostil a la Guardia Civil en Alsasua, y Aritz Urdangarín, que fue detenido por los altercados que se produjeron en el pueblo tras la agresión. Ese mismo día se realizarán ruedas de reconocimiento.

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