Zapatero y Bono en Afganistán, en el lugar donde cayó el helicóptero Cougar
Zapatero y Bono en Afganistán, en el lugar donde cayó el helicóptero Cougar

Caso Cougar: un informe dice que los cuerpos «se precipitaron» al suelo

Las consideraciones médico forenses a puntan a que el helicóptero Cougar «se debió de partir»

Madrid Actualizado: Guardar
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Las consideraciones médico forenses sobre el estudio de los cadáveres del helicóptero ofrece datos controvertidos sobre la forma en la que se encontraron tras el accidente. Unos datos que aumentan las dudas de los familiares sobre las causas reales del siniestro.

En este documento, al que ha tenido acceso ABC, se asegura que, desde el punto de vista médico forense, serían «víctimas de precipitación con calcinación posterior». Esta afirmación lleva a algunas de las familias de las víctimas a preguntarse si se precipitaron desde el aire porque el aparato fue atacado.

La lectura posterior de todo el documento no aclara tampoco, siempre según testimonio de estos afectados, estas dudas, sino que las acrecienta. Así, los médicos forenses elaboran una teoría: «A la vista del estado de los cadáveres podríamos elaborar una hipótesis de trabajo de cómo se produjo el accidente», subrayando que, «a nuestro criterio, por las razones que en su día establezca la Comisión Aeronáutica encargada del estudio del comportamiento del aparato en el accidente, éste, en un momento dado, se debió de partir por una línea posterior a las puertas laterales».

Proyectil en un cuerpo

Como consecuencia de esta ruptura del aparato, que los familiares se plantean si fue en el aire por el disparo de algún proyectil, «los hombres de su interior pudieron quedar constituyendo tres grupos», indica el informe médico forense. Un primer grupo de cuatro cadáveres «que se precipitan a tierra con parte del fuselaje y la cola (no están calcinados)».

Otro de los cuerpos «que cae libremente y que se mutila, no solo por acción de la caída, sino por el arrastre que supone la toma de contacto con tierra a una velocidad de 220 kilómetros por hora o más». Finalmente, el tercer grupo está formado por el resto de cadáveres, «los doce restantes que caen a tierra con la parte más importante del fuselaje en el que se incluyen los depósitos de combustible, los cuales, por la acción del accidente, se inflaman, dando como resultado la calcinación de las doce víctimas».

En el estudio de uno de los cuerpos se ha encontrado «un proyectil blindado del calibre 7,62 mm», que, «por su situación en el cadáver», pudiera ser la «típica bala de recuerdo».

En la carta que el padre de David Guitard, fallecido en el accidente, le envió a José Bono y no obtuvo respuesta alguna, le preguntó: «¿Me puede decir por qué el aparato se parte por la mitad en el aire en pleno vuelo? ¿qué le pasó?».

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