Camisetas, pancartas y cánticos convertían desde primera hora la fiesta de todos los catalanes en escaparate para las fuerzas separatistas. Una Diada marcada por los lazos amarillos, como el que lucía la alcaldesa para pedir la libertad de los independentistas presos. Pero no solo ella, también un miembro del Gobierno como Borrell, siempre combativo con el separatismo, se posiciona hoy sobre la prisión provisional, asegurando que él hubiera preferido "otras medidas".-Redacción-
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