Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola
Jordi Pujol y su esposa, Marta Ferrusola - ABC

La herencia que era del «abuelo Florenci Pujol», ahora es «de los Ferrusola»

Los Pujol declararon a la banca andorrana que sus fondos procedían de una herencia de la rama Ferrusola, lo que contradice la versión que dio el expresidente catalán

Madrid Actualizado: Guardar
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Muy pocos creyeron la línea de defensa que improvisó Jordi Pujol en julio de 2014, tras conocerse que varios miembros de su familia tenían más de cuatro millones de euros en cuentas en Andorra.

El expresidente de la Generalitat de Cataluña argumentó que ese dinero procedía de una herencia que había dejado su padre, el banquero Florenci Pujol, de la que, curiosamente, ni siquiera la hermana del político tenía conocimiento alguno porque no figuraba en el testamento. Y menos lo van a creer después del auto que firmó ayer el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, en el que asegura que los Pujol dijeron en Andorra que los fondos procedían de una herencia, sí, pero no de Florenci Pujol, sino de la rama familiar de Marta Ferrusola.

De este modo, el titular del Juzgado Central de Instrucción número cinco sostiene de forma contundente que «no consta la realidad del legado hereditario que menciona salvo por esas manifestaciones de Jordi Pujol Soley». El magistrado califica el comunicado que emitió el expresidente catalán como «un mero relato, sin contenido determinante alguno». «No consta ni ha sido acreditada la cantidad del legado, el lugar en el que se encontraban esos fondos, su destino, etc., acompañado de documentación que corrobore tales afirmaciones».

En este punto, el juez da el zarpazo definitivo al argumentario de Jordi Pujol i Soley: «Esta circunstancia está además contradicha por el hecho de que en Andorra se afirmó por los miembros de la familia que el dinero provenía de una herencia, pero de la rama familiar de Marta Ferrusola Lladós».

Esto contradice frontalmente la versión de Jordi Pujol, quien aseguró que su padre, fundador de Bnca Catalana, «dispuso como última voluntad específica que un dinero ubicado en el extranjero (...) fuera destinados a mis siete hijos y a mi mujer». Lo habría hecho porque «consideraba errónea y de incierto futuro mi opción para la política».

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