González reivindica su papel en la internacionalización de España

Hace más de dos décadas que Felipe González abandonaba el Palacio de la Moncloa tras ser su inquilino durante 14 años. De los tres expresidentes reunidos ayer por Vocento fue el único que tuvo un papel protagonista en la Transición. Desde su recuerdo como actor en aquellos año uno de sus primeros mensajes fue para pedir a los políticos actuales que «no se olviden de que la historia es una mochila con la que cargamos».

La lógica política planteada por el primer presidente socialista echa raíces en el convencimiento en que aquel pacto constitucional es «marco habilitante» para posibles reformas, por lo que «cuestionarlo es cuestionar la convivencia» de todas esas generaciones: «Los que olvidan soportan un fenómeno vil curioso, que es la ceguera.

Los que olvidan que llevan la mochila sobre los hombros se les pone delante de sus ojos y les oculta el futuro que podemos ser, porque olvida el pasado que fuimos».

La conmemoración de los cuarenta años de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura vehiculaba el acto y la unión de los tres expresidentes. Todos ellos hablaron sobre su experiencia de Gobierno y González lo primero que reflexionó sobre sus mandatos que la política «siempre una obra inacabada» en la que «siempre queda más por hacer más de lo que se hizo». Y que en cualquier caso la pregunta que debe hacer un gobernante es si contribuyó a dejar algo mejor.

En su caso destacó la «galopada en la construcción europea», destacando dos hitos esenciales: la firma del tratado de adhesión de España a las Comunidades Europeas, que entró en vigor en 1986, y el Tratado de Maastricht que entró en vigor en 1993. Recordó González que esos acontecimientos se produjeron en mitad de un momento esencial como fue la caída del Muro de Berlín, la unificación de Alemania y la desaparición de la Unión Soviética. También recordó González el fortalecimiento de nuestra relación con América Latina». Cuestiones que reconoció empezaron a trabajarse antes: «Intentamos romper las puertas del aislamiento ya con Adolfo Suárez».

Destacó también González «la modernización del aparato productivo» del país durante sus años de mandato y el fortalecimiento del Estado de Bienestar. Concluyó la reflexión sobre su mandato asegurando que «no es el territorio de la gratitud el que hay que pedir», sino que «tenemos que agradecer la confianza» porque «como mucho podemos aspirar al reconocimiento. Algo de reconocimiento si que necesita uno».

González marcó una postura muy clara respecto a Cataluña abogando por la reforma constitucional, algo que no dista en absoluto de la hoja de ruta emprendida por Pedro Sánchez. Pero tras las primarias, González no quiere inmiscuirse excesivamente en cuestiones más allá. Y lo aprovechó para comenzar con su habitual reflexión sobre los jarrones chinos: «todo expresidente es un jarrón chino en un apartamento pequeño» que «estorba donde lo ponga».