La dimisión de Espinar evidencia la soledad de Iglesias y agrava la crisis

El líder en Madrid abandona y demuestra las dudas respecto a competir con Errejón

Ramón Espinar junto a Pablo Iglesias en el Congreso Vídeo: Ramón Espinar dimite de todos sus cargos en Podemos
Víctor Ruiz de Almirón

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El barco de Podemos se escora cada vez más hacia el iceberg que termine de hundirlo. Mientras, la tripulación va abandonando el buque. El último en bajarse de la primera línea de batalla ha sido Ramón Espinar, que ayer presentó su misión como secretario general de Podemos en la Comunidad de Madrid. La espantada de Íñigo Errejón abrió una crisis sin precedentes en la formación morada, con Pablo Iglesias y su dirección rompiendo cualquier posibilidad de entendimiento y abriendo la opción de un choque electoral entre Podemos y quien fuera cofundador, número dos, portavoz y director de las campañas electorales.

Pero el choque entre Iglesias y Errejón, profundo en su dimensión pero no sorpresivo por el distanciamiento político y personal que se fraguaba desde hace tres años, ha generado un seísmo en Podemos que está teniendo para Iglesias una consecuencia más grave: el cuestionamiento mediante los hechos de su autoridad por parte de perfiles que hasta el momento le habían expresado una incuestionable lealtad. La reunión de dirigentes regionales ayer en Toledo, a la que no fue invitada la dirección nacional , es tan solo una prueba de ello. Pero la mejor demostración de la falta de liderazgo la aportó ayer Ramón Espinar al presentar su dimisión no sólo como secretario general de Podemos en la Comunidad, sino que también dejó su escaño en la Asamblea y la Portavocía del Senado.

Fiel soldado del pablismo, Espinar dio ayer este portazo al entender que «no se dan las condiciones para llevar el proyecto de Podemos en Madrid hacia donde» él cree «que debe dirigirse». Y en esas circunstancias entiende que «dejar paso es la decisión más responsable» y la que, según su «conciencia», debe «tomar». Pese a ser una persona que ha confrontado claramente con Errejón en la disputa interna en Podemos , al igual que mucha gente tanto en Podemos como en la izquierda madrileña, Espinar tiene muchas dudas de que una confrontación electoral contra Errejón sea positiva. Espinar ha expresado a los órganos estatales su recelo con respecto a la decisión de Iglesias de dar la batalla a Errejón en las autonómicas. Una decisión personal que anunció en su carta de respuesta al movimiento de Errejón para impulsar Más Madrid y que no fue avalada por ningún órgano del partido. Esta ha sido, precisamente, la clave de su renuncia que llega como un efecto dominó. El ya exdiputado regional rechazaba batirse en duelo contra el candidato de Más Madrid, según explicaron fuentes de la formación. Y es que su nombre, como líder del partido en Madrid, se estaba trasladando como posible candidato de Podemos.

Sin poderes

«Ramón se ha cansado de que lo presionen y de no tener ninguna autonomía», asegura una persona de la dirección madrileña. El supuesto espíritu descentralizado de Podemos no se corresponde con una realidad jacobina y vertical en la toma de decisiones por parte de Iglesias y sus más íntimos. «Participar en un proyecto político implica compartir valores, ideas y ponerlas en marcha. Liderarlo es un ejercicio de responsabilidad que implica proponer el rumbo y dirigir el esfuerzo colectivo», escribía ayer Espinar. Pero su capacidad para proponer y para dirigir algo en el ámbito de su responsabilidad eran nulas.

Desde el sector de Errejón la profundidad de la crisis ha causado sorpresa, porque tanto Espinar como muchos de los reunidos en Toledo se consideraban fieles hasta el final a Iglesias. «Es evidente que se ha sentido despreciado », dicen. Un ninguneo que tuvo su primer episodio en la decisión que Iglesias adoptó en 2017 de proponer a Errejón como candidato autonómico. Una vez asumido ese papel Espinar ha expresado sus dudas respecto a la confrontación con Errejón y ha dejado claro con su marcha que no aceptaría ser el candidato. El partido en la Comunidad de Madrid emitió un comunicado en el que daban las gracias a Espinar por el «enorme trabajo realizado» por su líder hasta ayer. En contraste, y pasadas unas horas desde la dimisión, desde la dirección se manifestaba que «no hay ninguna reacción oficial», pero se anunciaba la convocatoria para el sábado 2 de febrero de una reunión del Consejo Ciudadano Estatal.

Duros reproches

El nuevo episodio de la crisis volvió a poner en evidencia a un partido roto, y en el que la convivencia se ha tornado imposible. El cofundador Juan Carlos Monedero arremetió ayer contra Errejón como causante de todos los males del partido : «No sé si le compensará a Íñigo Errejón que en el momento en que debiéramos estar defendiendo a los trabajadores haya roto tanta alegría. Ningún interés personal debiera primar. Le doy las gracias a Ramón Espinar. Otros tendrán que explicar por qué, otra vez, dividen», escribió.

Su comentario fue contestado por afines a Errejón como el diputado autonómico Emilio Delgado: «Qué papel más triste el de sembrar la cizaña constantemente... Para ya, hombre». Pero sin duda fue el portavoz de Cultura en el Congreso, Eduardo Maura, el más explícito: «Deseo lo mejor para Podemos, para Errejón, para Carmena y para el ámbito del cambio político en general. Pero si todo tiene que arder, por favor que arda con Monedero».

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