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La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, el sábado durante un acto del PSOE en Roquetas de Mar - EFE

Díaz se presenta y confirma la batalla a tres por liderar el PSOE

La presidenta de Andalucía lanzará su candidatura el próximo día 26 en Madrid para competir con Sánchez y López, tras dos meses de incertidumbre

Sevilla/ Cádiz/ Madrid Actualizado: Guardar
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Era la crónica de una batalla anunciada. En las primarias del PSOE se sabía con certeza que habría dos candidatos. El tercero, se intuía cada vez con más certeza, pero su juego con los tiempos y su supuesta indecisión hicieron dudar hasta el último momento. Ahora se confirma. Susana Díaz competirá con Pedro Sánchez y Patxi López por hacerse con la Secretaría General del partido. Y lo hará, según confirman fuentes de la formación a ABC, en un acto el 26 de marzo en Madrid, un escenario que en febrero ya fue testigo del respaldo con el que cuenta la presidenta andaluza (miles de militantes y un buen número de alcaldes, liderados por el vigués Abel Caballero).

Ha sido la última en llegar, pero su nombre ha estado presente incluso antes de que López y Sánchez presentaran sus candidaturas.

En el escenario que se presenta con esta batalla a tres cada una de las partes se alimenta de la otra. Sánchez puso la primera piedra de su discurso, casi sin querer, con su salida forzosa tras el comité federal del pasado mes de octubre. Ahora, se define como «un político libre» abanderado por la «coherencia» y erigiéndose como líder de una militancia traicionada por sus dirigentes.

López llegó por sorpresa y ahora es el candidato que quiere «unir al PSOE». El exlendakari batalla por encontrar su espacio en el escenario dualista que dibujó Sánchez. Entre los que «votan todas las semanas con el PP» y los que «buscan alianzas ciegas con Pablo Iglesias» está su proyecto, que «mira al futuro» y busca no salir de las primarias con «un partido roto».

Campaña en la sombra

En cuanto a Díaz, todavía no se sabe cuál será su proyecto concreto, pero la presidenta andaluza ha iniciado una precampaña en la sombra desde el pasado enero, protagonizando actos en Palencia, Salamanca, la comarca leonesa de El Bierzo, Alcalá de Los Gazules, Madrid, Azuqueca de Henares, Valencia, Sevilla, Málaga o Roquetas de Mar.

Al mismo tiempo, consciente del desgaste que puede suponer el intento de compatibilizar la presidencia de la Junta y su campaña para liderar el PSOE, la andaluza ha tratado de separar «al milímetro» esta doble tarea y retrasar lo más posible el anuncio ante las críticas de la oposición. Y en medio, le han estallado conflictos como el de las «mareas» sanitarias en Andalucía o las movilizaciones en la educación por los conciertos con la concertada, además de la polémica sobre el impuesto de Sucesiones, a los que ha tratado de dar respuesta para evitar el desgaste antes de presentarse como la «mejor opción» para liderar el proyecto de su partido en España.

Este fin de semana Susana Díaz ha tenido dos actos públicos: uno en Málaga, donde el PSOE entregó los premios Clara Campoamor, y otro en Almería. El próximo fin de semana, el del 18 y 19, es el Congreso regional del PP. Será el fin de semana posterior a esta cita cuando Susana Díaz, en Madrid, anuncie su candidatura. Ha elegido la capital de España para romper la dicotomía norte-sur que algunos parecen defender en el PSOE. El trabajo interno, contando los votos y calculando las fuerzas, sigue adelante. A marchas forzadas pero con discreción absoluta.

Sánchez, en Cádiz

El ex secretario general exhibió ayer músculo en un territorio teóricamente hostil. La organización se vio superada ante el lleno en el Palacio de Congresos, donde se formaron colas a la salida con los partidarios que no pudieron acceder. En el apartado cualitativo también salió reforzado, ya que le acompañaron alcaldes como lo de Chiclana, San José del Valle y Dos Hermanas, además del padre de Bibiana Aído, la familia entera de Anne Hidalgo (alcaldesa de París) o casi todo el grupo municipal socialista en Cádiz. Hidalgo mostró su apoyo expreso a Sánchez a través de un vídeo.

En su discurso, Sánchez hizo constantes llamadas a un espíritu izquierdista teóricamente amenazado. «Nuestro color favorito es el rojo, quiero un PSOE que no tenga miedo de decir que es de izquierdas». Defendió que las gestoras no puedan estar en vigor más de 90 días y que las grandes decisiones se consulten a la militancia «como hacía Pablo Iglesias a principios del siglo XX». Se aferró a su propio relato al pedir «que ningún secretario general tenga que pagar el precio que pagué yo». En su PSOE asambleario caben todos, insistió, pero al mencionar a Susana Díaz -sólo lo hizo una vez- los tibios aplausos que remataban cada párrafo se mezclaron, por primera y única vez, con una especie de murmullo y abucheo.

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«Se acabó»

Esa fue la consigna más repetida por Patxi López en el acto que protagonizó ayer en Getafe para presentar su documento político. «Se acabó el apelar a los militantes solo para llenar mítines y agitar banderas. Hemos vivido tiempos de división y de enfrentamiento entre socialistas cuyos efectos todavía se sienten en muchas agrupaciones. Y tenemos que decir: se acabó», insistió el exlendakari.

« Más de 100 razones para unir al PSOE», el programa que recoge las propuestas con las que López busca ganar la Secretaría General, es la piedra angular en la que basó su discurso, marcado por la petición de unidad y el «cierre de heridas» en el partido. «Os puedo garantizar que yo no voy a jugar a clasificar a los militantes en buenos y malos, en rojos y azules, en militantes de izquierdas o derechas. Todos somos socialistas defendiendo lo que pensamos que es mejor para nuestro partido y para nuestro país», defendió el candidato.

«Y si se acabó, no se trata de buscar culpables, de señalar con el dedo al más malo, ni de buscar a los más responsables de la división para pasar facturas ni cobrarse revanchas. Eso solo nos llevaría al desastre», afirmó López, que concluyó el acto solicitando la ayuda de los militantes «en la batalla por salvar al PSOE».

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