Esther todavía no puede abrazar a sus hijos, pero ya pueden cogerse de la mano... Hoy recuerda con emoción como fue ese primer reencuentro con sus seres queridos, tras varios meses encerrados en la residencia. Hoy ya pueden tener contacto físico. Muestras de cariño terapeúticas para estos mayores, que se sienten un poco más cerca de la nueva normalidad.
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