Cuando la izquierda abanderaba el toreo
«Bastardo taurino», «torturador», «vendeobreros» son algunos de los calificativos que las hordas antitaurinas dedicaron al líder del Partido Socialista de Euskadi en Guipúzcoa
El vídeo en el que el líder de Vox, Santiago Abascal, y la candidata a la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, aparecen junto a Morante de la Puebla toreando una becerra, pone sobre la mesa la defensa inequívoca de la Fiesta por parte del partido verde, en unos momentos en que los ataques al toreo se hacen cada día más habituales y virulentos desde formaciones del otro extremo político.
A lo largo del tiempo, la tauromaquia ha sido siempre un objetivo ideológico por parte de todo el arco político. Desde todos los bandos se ha intentado su apropiación, y si ahora la defensa del toreo está en manos de los partidos de derecha y centro derecha, desde la izquierda también se utilizaron los toros como banderín de enganche.
Al margen de los muchos personajes del mundo de la cultura y la política reconocidos como grandes aficionados, formaciones como el Partido Comunista de España y sindicatos como Comisiones Obreras se posicionaron sin prejuicios a favor de la Fiesta. Durante la Transición, las fiestas anuales del PCE en la Casa de Campo de Madrid incluían festivales taurinos en su programación, y es famosa la fotografía en la que Santiago Carrillo era sacado de la plaza a hombros de los militantes. También Comisiones Obreras celebró más de un festival en aquellos años. Había que defender los intereses de sus afiliados en la Agrupación Taurina de CC.OO. y para recaudar fondos, en octubre de 1977, la plaza carabanchelera de Vista Alegre se llenó de público para presenciar los triunfos de toreros como Sánchez Bejarano, José Luis Parada, Pascual Mezquita y García Higares, algunos reconocidos miembros del PCE. Ahora, los herederos de aquellos militantes comunistas atacan al toreo con el simple argumento de calificarlo como una fiesta de derechas.
Todas las vertientes taurinas mantienen cada año 132.000 puestos de trabajo directos e indirectos
«Bastardo taurino», «torturador», «vendeobreros» son algunos de los calificativos que las hordas antitaurinas dedicaron al líder del Partido Socialista de Euskadi en Guipúzcoa y portavoz en el Parlamento Vasco, Eneko Andueza , tras la reciente publicación de ‘Los toros desde la izquierda’, un libro con el que pretende eliminar complejos y poner argumentos en la defensa de su afición.
Parecidas lindezas tuvo que soportar el presidente del PP de Zaragoza, Ramón Celma , quien en las Cortes de Aragón hizo una defensa de la Fiesta alejada de ideologías. De Ortega y Gasset a Tierno Galván, de Lorca a Sabina, de Chaplin a Cocteau, de Picasso a Barceló...
Hasta la pandemia, en España se celebraban más de dieciséis mil festejos taurinos en miles de localidades de norte a sur y de este a oeste. «Ir contra esa realidad es ir contra el pueblo» insistía Celma. Solo en Madrid, la no celebración de San Isidro supone la pérdida de 412 millones de euros para la ciudad . Los toros siguen siendo el segundo espectáculo de masas en España, tras el fútbol. Todas las vertientes taurinas mantienen cada año 132.000 puestos de trabajo directos e indirectos, pues la Fiesta se desarrolla en más de cien actividades empresariales, desde la agricultura, ganadería y medio ambiente, a la administración de los espectáculos, pasando por el transporte o la hostelería y la restauración. El sector genera más de 140 millones en concepto de IVA.
Los ataques que desde la izquierda, especialmente de Podemos, se están lanzando sobre el toreo contrastan con la utilización que esa misma izquierda hizo de sus símbolos más emblemáticos vinculándolos a la Fiesta. Baste recordar la imagen del Che Guevara en una barrera de Las Ventas o en la plaza de Carabanchel en su visita a Madrid a finales de los años cincuenta.
Y en la Guerra Civil , las corridas de toros a beneficio y homenaje al Frente Popular y a las brigadas internacionales, se repitieron en las plazas de Madrid y Barcelona.
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