Cospedal cimienta su futuro político al retener el bastión del PP castellano-manchego

Compaginará el Ministerio de Defensa con la dirección nacional y autonómica del partido; deberá renunciar al Consejo de Ministros si es candidata en 2019

MADRID/ TOLEDO Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

María Dolores de Cospedal asestó ayer otro golpe de autoridad ante quienes, dentro y fuera del PP, han cuestionado la acumulación de cargos en su persona. La ministra de Defensa, confirmó que aspira a seguir reinando en el PP de Castilla-La Mancha, su primer bastión. Compaginará esta responsabilidad también con la Secretaría General de Génova, tras haber sido ratificada por Mariano Rajoy en el congreso nacional del partido de hace diez días.

El PP zanja así, por la vía de los hechos, el debate sobre la acumulación de cargos, que incendió su congreso nacional diez días atrás. Con el aval de Rajoy, Cospedal será ministra, secretaria general, presidenta regional y diputada por Toledo. La incógnita siguiente es si se postulará para reconquistar la Junta de Castilla-La Mancha en las elecciones autonómicas de 2019, algo que en el PP regional dan por hecho.

En ese caso tendrá que renunciar al Ministerio, como tuvo que hacer Alfonso Alonso para presentarse a lendakari en 2015.

Su bastión político«Era lo único que no podía dejar si quiere estar en la pomada futura», comentaba ayer un adversario político

«No es la primera ni la última que ostenta varios puestos de dirección», insistían ayer en la sede de la calle Génova de Madrid, donde «en ningún momento» se dudó de que Cospedal seguiría al frente del PP autonómico. Tampoco «nadie» ha cuestionado, ni siquiera sugerido, la idoneidad de que renunciase a la presidencia regional para no seguir siendo diana de las críticas. «Algunos hablarán de cargos; para mí es una responsabilidad», señaló ella ayer para justificar una decisión que, dijo, ha meditado tras conversar con «muchos» en el partido dentro de la región y también de «fuera».

Lejos del clima enrarecido de la Caja Mágica, donde las bases a punto estuvieron de ganar una enmienda que le cuestionaba directamente a ella, Cospedal se rodeó ayer de los suyos en el Parador Nacional de Toledo para constatar que no renuncia a nada. Y mucho menos a su «casa», donde ancla su poder orgánico y territorial, que le servirá de plataforma en una eventual pugna por la sucesión de Rajoy. «Era lo único que no podía dejar si quiere estar en la pomada futura», comentaba ayer un adversario político en la esfera nacional. Un comentario que comparten, de puertas para adentro, otros muchos compañeros de partido, que ven a Cospedal «con opciones a todo lo que ella se quiera plantear».

Varios dirigentes regionales creen que su gran éxito fue unir un partido que en 2006 era «un reino de Taifas»

El gran mérito de Cospedal, según varios dirigentes provinciales consultados por este diario, es haber sabido cimentar un partido que, cuando lo asumió en 2006, estaba dividido «en un auténtico reino de Taifas». Cinco años después, en 2011, logró el poder para el PP por primera vez, terminando con 28 años de gobierno socialista. En mayo de 2015 lo perdió por un puñado de votos; se quedó a un escaño de la mayoría absoluta y la pinza PSOE y Podemos la desbancó del gobierno.

El PP de Castilla-La Mancha organizó un acto cargado de emotividad, rodeada Cospedal de un centenar de cargos regionales, que la aclamaron como referente indiscutible en la comunidad. La presidenta regional, que revalidará su liderazgo sin apenas contestación interna en el próximo congreso del 18 de marzo en Cuenca, no pudo ocultar sus lágrimas.

En su discurso ante el comité de dirección del PP regional, aseguró que ha tomado la decisión tras hablar «con muchas personas, muchos de los cuales no tienen cargos, algunos están aquí, muchos afiliados del partido, muchos compañeros de partido casi todos de Castilla-La Mancha, pero también de fuera». A los suyos pidió que «se echen las críticas a la espalda» si éstas «no son constructivas», en alusión a quienes le recriminan por acumular los puestos de mando.

El PSOE regional destacó la «triste resignación» del PP a ser dirigido «a ratos» por una líder que «no está aquí», «no piensa en Castilla-La Mancha» y cuyo principal objetivo es «escalar puestos» en Madrid. Desde filas populares replicaron con el mismo argumento: el presidente socialista Emiliano García-Page fue en su momento senador por designación autonómica, alcalde de Toledo y secretario general del PSOE castellano-manchego.

La primera lectura asociada al paso al frente dado ayer por Cospedal es que queda señalada, salvo sorpesa improbable, como candidata del PP a la presidencia del gobierno castellano-manchego en 2019. La otra opción sería tutelar a otro candidato que en estos momentos no se vislumbra. Una de las personas con más proyección del PP regional, la vicepresidenta del Congreso Rosa Romero, asegura que no se abrirá el debate de la sucesión de Cospedal en la región de aquí a 2019.

«Tengo clarísimo que ella es la mejor presidenta y la mejor candidata para volver a ganar las elecciones y el Gobierno», aseguró ayer en conversación con ABC. Su portavoz en el Parlamento regional, Francisco Cañizares, también cierra filas: «La idea unánime es que es la mejor alternativa».

Ver los comentarios