Queda todavía media hora para el cierre de hostelería y comercios. Tiendas con muy poquita actividad. Hay gente en las terrazas del centro de Madrid, pero también muchos huecos. Ya no es complicado tomar algo sin reserva. Puntualidad total en la hora del cierre. Terrazas que se vacían en minutos. Nadie protesta. Los horarios están más que asumidos. Y policía que pasa sólo como advertencia. Hora de peregrinación a casa. Ni mucho menos masiva. El objetivo es vaciar las calles en una hora y se consigue. Es la hora de trabajadores volviendo a casa, y la hora de los repartidores de comida a domicilio. 30 minutos en los que Madrid cambia la cara.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión