Baleares y Valencia: los otros experimentos «Frankenstein»

Armengol se opuso al 155 y gobierna con socios que apoyan el «procés» en Baleares

Rodillo de izquierdas con socialistas, Podemos y nacionalistas en la Comunidad Valenciana

Ximo Puig (izd.) y Francina Armengol (dcha.) ABC
Josep María Aguiló

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Armengol se opuso al 155 y gobierna con socios que apoyan el «procés» . PSOE, MÉS y Podemos arrebataron el gobierno balear al PP, el partido más votado. Por su parte, en la Comunidad Valenciana, hay un rodillo de izquierdas con socialistas, Podemos y nacionalistas en el que Puig gobierna sin sobresaltos con menor porcentaje de diputados que Sánchez.

Baleares

En las elecciones autonómicas de mayo de 2015, el PP fue el partido más votado en Baleares , con 20 diputados sobre un total de 59 escaños, pero la pérdida de la mayoría absoluta por parte del popular José Ramón Bauzá posibilitó que la socialista Francina Armengol pasase a ser la nueva presidenta de la Comunidad . Armengol fue elegida con los votos de los 15 diputados del PSOE, los 10 representantes iniciales de Podemos, los seis diputados de MÉS por Mallorca y los tres de MÉS por Menorca. Podemos optó desde el principio por dar sólo un apoyo parlamentario externo a Armengol, quien por su parte incluyó en su primer Ejecutivo a miembros de MÉS por Mallorca y MÉS por Menorca. Los ecosoberanistas menorquines salieron del Govern en marzo del pasado año, por discrepancias con Armengol.

Por lo que respecta a la situación política en Cataluña, MÉS siempre ha apoyado el «procés», a pesar de su ilegalidad , mientras que el PSOE balear lo ha criticado. Armengol se opuso a la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Una de las primeras medidas del Ejecutivo de Armengol fue la derogación del decreto en favor del trilingüismo en las escuelas, que había empezado a implantar Bauzá. Ahora vuelve a estar vigente el Decreto de Mínimos, aprobado en 1997 por el popular Jaume Matas, que favorece la inmersión lingüística en catalán en la educación . Otra medida aprobada en su momento por Matas y suavizada por Bauzá, la Ley de Función Pública, ha vuelto con Armengol a su redacción originaria, lo que significa que el catalán vuelve a ser un requisito y ya no solo un mérito para poder ser funcionario. De dicha ley deriva el decreto del catalán en la sanidad pública, aprobado en marzo.

Francina Armengol en una imagen de archivo EFE

Comunidad Valenciana

El socialista Ximo Puig cumplirá este mes de junio tres años como presidente de la Generalitat Valenciana pese a que su grupo parlamentario suma un porcentaje de diputados todavía inferior al de Pedro Sánchez . Con veintitrés escaños sobre 99 en la Cámara autonómica, el PSPV-PSOE gobierna sin sobresaltos en coalición con Compromís y gracias al respaldo de Podemos, que declinó entrar en el Ejecutivo.

El pacto entre las tres formaciones de izquierdas, bautizado en 2015 como «Acuerdo del Botánico» , permitió desalojar de la Generalitat al Partido Popular -la formación más votada en las últimas autonómicas- tras dos décadas ininterrumpidas.

Socialistas y nacionalistas se repartieron el poder con la cooperación imprescindible de Podemos en lo que la vicepresidenta de la Generalitat y líder de Compromís, Mónica Oltra , acuñó como pacto «a prueba de bomba». La relación entre los tres socios se ha mantenido inalterable a las coyunturas políticas nacionales, como los enfrentamientos entre Podemos y el PSOE. El partido de Iglesias ha amagado varias veces con ejercer de oposición interna en la Comunidad Valenciana, pero no ha pasado de la declaración de intenciones.

El último ejemplo, su decisión de no personarse en la causa sobre la presunta financiación irregular de los socialistas valencianos y Compromís. Las advertencias de Podemos se han diluido en lo que ha sido la tónica desde el primer día de la legislatura cuando «prestaron» a Puig los votos para ser investido. Ahí quedó todo. El PSPV-PSOE y Compromís han aprobado año tras año sin problemas los Presupuestos y han sacado adelante las leyes gracias al rodillo que les facilitan los doce diputados de Podemos.

Ximo Puig en una imagen de archivo Mikel Ponce
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