El aplazamiento electoral ya está en manos del TSJ catalán

El tribunal resuelve ya hoy si acepta las cautelarísimas y mantiene el 14-F

El presidente del Parlament de Cataluña, Roger Torrent, y el de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès EFE / Vídeo: ERC cree que el 30 de mayo se podrá garantizar el derecho a voto - EP

Àlex Gubern y Daniel Tercero

La suspensión, o aplazamiento, de las elecciones catalanas —en principio previstas para el 14 de febrero — ya está en manos del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). En los próximos días, y atendiendo los recursos de varios partidos políticos y de un particular, el tribunal deberá decidir si deja sin efecto el decreto 1/2021 de la Generalitat, aprobado el viernes, por el que se suspendieron los comicios del próximo mes y se fijaba una fecha, el 30 de mayo, como nuevo día de votación siempre y cuando los datos epidemiológicos lo permitan.

Al cierre de esta edición se tenía conocimiento de cuatro recursos presentados: el de los animalistas del Pacma , el de Lliga Democràtica y el de Federalistes d'Esquerres —una organización satélite del PSC—, mientras que también estudiaban presentar recurso, al menos, Izquierda en Positivo , según confirmaron a ABC fuentes de esta formación. Hay otro recurso, en este caso de un particular, que solicitó además medidas cautelarísimas, con lo que el TSJC deberá pronunciarse antes del miércoles. Sin embargo, la sala se reúne, y resolverá, hoy mismo, según ha podido saber este diario

Por su parte, la patronal Fomento del Trabajo celebró ayer una reunión extraordinaria denunciando un aplazamiento que consideran injustificado, aunque finalmente no presentó recurso propio, como se había barajado. Otras patronales y sindicatos también expresan su disgusto por una suspensión que conduce a tres meses más de parálisis.

La papeleta ahora de la sala del Contencioso Administrativo del TSJC no es fácil, en tanto que el vacío legal sobre el que el Govern adoptó la decisión de suspender —la ley especifica cómo se convocan, no cómo se aplazan— obliga a una solución interpretativa que, seguro, no dejará a nadie satisfecho como ya anticipa el fuego cruzado entre los partidos.

Desmarque del PSC

Aunque el aplazamiento de los comicios se adoptó con el consenso de los grupos —solo discreparon de la fecha a escoger—, la decisión se ha leído como un pucherazo para frustrar la victoria de Salvador Illa que algunas de las últimas encuestas apuntaban. Así lo entienden los socialistas y también el Gobierno, que a través de su ministro de Justicia presionó para el mantenimiento del 14-F. La Lliga, partido enmarcado en el catalanismo conservador y que intentó una coalición electoral con el PSC finalmente frustrada, apunta los siguientes argumentos: «Acomodar la celebración de los comicios y la formación de un nuevo Govern a sus intereses electorales poniendo como excusa la pandemia es (...) una enorme irresponsabilidad».

El hecho de que Federalistes d'Esquerres, y la propia Lliga Democràtica, estén detrás de los recursos presentados llevó ayer a ERC a acusar al Gobierno de impulsar de manera subterránea el intento de frustrar el aplazamiento electoral. «Es un 155 encubierto aprovechando la pandemia» . En ERC se acusa a estas formaciones de hacer «el trabajo sucio al PSC», partido que a su vez se plantea también presentar recurso. En la misma línea se expresaron desde Junts. Dándole la vuelta a los argumentos que se han utilizado precisamente para explicar la suspensión del 14-F, el independentismo tacha de electoralista la presentación de unos recursos que, aseguran, anteponen los intereses de los partidos a la lucha contra la Covid-19.

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