Nueve de cada diez madrileños abandonan en algún momento la ciudad durante el verano. Pero es en agosto cuando se concentra la gran huida de la capital.El tráfico disminuye hasta límites insólitos. Puedes conducir en soledad en plena arteria de la ciudad o correr por la carretera. Y los semáforos parecen menos útiles que nunca para el peatón.Eso sí, es posible visitar los museos sin agobios, hay donde elegir para aparcar y se encuentra asiento fácil en el autobús.Aunque a algunos no les importaría vaciar aún más la ciudad.
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