Las relaciones exteriores de España

El acercamiento de Pedro Sánchez a Rusia inquieta en EE.UU. y la OTAN

El Gobierno permite el repostaje de buques rusos en Ceuta sin consultar a los aliados

Trump y Sánchez se saludan en la cumbre de la OTAN del pasado julio en Bruselas AFP / Vídeo: Los favores militares de Sánchez a Rusia tensan a EEUU

David Alandete

La decisión de Pedro Sánchez de permitir que buques de guerra rusos vuelvan a fondear en puertos españoles ha provocado una profunda indignación entre la diplomacia norteamericana, que considera una afrenta del Gobierno español que además se autorizara el repostaje justo cuando una delegación norteamericana encabezada por el senador Tim Kaine se encontraba de visita en la Península Ibérica.

El intento de acercamiento de Sánchez a Moscú, su decisión de no honrar a la disidencia durante su visita a Cuba y su estudiada distancia con respecto al chavismo han enfriado notablemente las relaciones entre ambos países. Un punto de inflexión fue la defensa socialista de las gestiones en Venezuela de José Luis Rodríguez Zapatero , quien dijo en septiembre, sin pruebas, que la crisis humanitaria en ese país la han causado las sanciones norteamericanas.

Entre los días 9 y 12 de noviembre repostaron en el puerto de Ceuta tres buques rusos con 700 tripulantes: el crucero antimisiles Marshal Ustinov, el remolcador SB-406 y el petrolero Dubna. Que les diera permiso el Gobierno es «irresponsable», según dice a ABC un alto funcionario norteamericano con conocimiento de las deliberaciones en el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. «Es sorprendente que España prefiera hoy en día que reposte en sus puertos un navío ruso a que lo haga uno de la OTAN que solicite fondeos entre Gibraltar y puertos españoles», añade.

Es cierto que entre 2011 y 2016 al menos 62 buques de guerra rusos repostaron en puertos españoles. Durante la campaña rusa en el este de Ucrania para anexionarse Crimea lo hicieron 25 navíos, muchos implicados en esas operaciones. El hecho de que en octubre de 2016 repostaran en Ceuta y Melilla portaaviones rusos que apoyaron al régimen de Bachar el Asad en Siria llevó al Gobierno de Rajoy a suspender indefinidamente los fondeos.

La decisión de levantar ese veto la tomó unilateralmente el actual Gobierno tres días después de la visita a Madrid del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y supone un problema para la OTAN. Por la proximidad de Gibraltar y su paso posterior por el canal de la Mancha, Reino Unido tuvo que movilizar la fragata HMS St. Albans para seguir el trayecto de los buques rusos. Lo mismo tuvo que hacer la armada francesa durante su paso por el golfo de Vizcaya.

Según Luke Coffey, director de Política Exterior de la fundación Heritage , uno de los «think thanks» conservadores más influyentes en la política norteamericana, «justo en un momento en el que los miembros de la OTAN están aumentando sus sanciones económicas sobre Rusia, expulsando a diplomáticos rusos e incrementando la seguridad en Europa del Este contra las amenazas de agresión de Rusia, es mal momento para que un miembro de la OTAN permita a ningún buque ruso entrar en sus puertos».

Coffey y otros han pedido formalmente a la Casa Blanca y al Capitolio que «presionen a España para que no reanude su ayuda militar a Rusia».

Desde la suspensión de esos fondeos, las relaciones de la Unión Europea y la OTAN con Rusia han empeorado considerablemente. El régimen sirio ha recuperado el control de casi todo el territorio nacional con el apoyo de las fuerzas armadas rusas. Washington ha acusado a Moscú de desarrollar misiles nucleares de rango medio para amenazar a Europa del Este. En marzo, dos agentes rusos trataron de asesinar a un espía en territorio británico, lo que provocó una unánime condena internacional y sanciones diplomáticas.

Las injerencias rusas en procesos electorales en EE.UU., Francia, Alemania e Italia han acabado con la paciencia de los aliados de la OTAN. En 2017 medios públicos rusos publicaron abundante desinformación sobre el referéndum ilegal en Cataluña, que el propio Putin comparó con la anexión de Crimea y la independencia de Kosovo.

Ministro ruso de Exteriores

Durante su visita a España el 6 de noviembre, el ministro ruso Lavrov logró que su homólogo español, Josep Borrell, se comprometiera a crear un grupo de trabajo conjunto para luchar contra la desinformación, algo que fue recibido con escepticismo. «De momento no se ha firmado nada, pero desde luego la imagen de España entre los socios de la OTAN ha quedado por los suelos», asegura Mira Milosevich, analista principal del Real Instituto Elcano. Además, el día en que los buques rusos llegaron a Ceuta se encontraba visitando la base norteamericana en Rota el senador demócrata Kaine , que además es miembro del Comité de Exteriores del Senado norteamericano. «La cooperación militar entre EE.UU. y España es crucial para mantener a ambas naciones seguras», dijo Kaine en una conversación con soldados en el destructor USS Donald Cook. Kaine, que fue candidato a la vicepresidencia con Hillary Clinton, ha sido extremadamente crítico con el agresivo expansionismo ruso y ha llegado a plantear la posibilidad de que la injerencia del Kremlin en las elecciones de 2016 se considere «un ejercicio de alta traición».

En los pasados meses, por vías oficiales y extraoficiales, la Casa Blanca ha exigido a España que incremente su presupuesto en materia de defensa al 2 por ciento del PIB , algo a lo que se comprometen los países de la OTAN. En julio, en una cumbre en Bruselas, Trump se dirigió directamente a Sánchez para recriminarle que sea de los menores, por debajo de Albania, Eslovaquia o Lituania.

Las respuestas dadas después por el Gobierno y la diplomacia españolas son insatisfactorias para EE.UU.: ese compromiso es, para el Ejecutivo de Sánchez, una declaración de intenciones. «No podemos aumentar el gasto militar de un día a otro sin más, sería irresponsable», aseguran fuentes diplomáticas españolas en Washington.

Con Rajoy y Trump , España y EE.UU. alcanzaron un grado de colaboración no visto en décadas. En 2017 el expresidente del Gobierno español fue recibido con honores, se reunió con los miembros más destacados del gabinete de Trump y dio una conferencia conjunta con éste en la Casa Blanca, en la que ambos coincidieron en la necesidad de que España se mantenga unida y fuerte frente al desafío secesionista.

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