Antonio Miguel Carmona, votando en las elecciones del 24M
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El PSOE-M, doce años de declive electoral

Carmona obtuvo un 15,28 por ciento del voto, uno de los peores datos de la historia de la formación

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El socialismo madrileño está de capa caída. Desde hace unos 12 años, la formación no ha logrado obtener los suficientes votos –ni apoyos– como para ayudarles a acceder a la Alcaldía de la capital ni a la presidencia de la región. De hecho, en las elecciones autonómicas y municipales celebradas el 24 de mayo de este año, el PSOE-M, representado por Ángel Gabilondo y el recién destituido Antonio Miguel Carmona, obtuvo el porcentaje de voto más bajo de su historia.

El declive de los votos de la formación madrileña tiene origen en el momento en el que, tanto Eduardo Tamayo Barrena y María Teresa Sáez se convirtieron en los protagonistas del 'Tamayazo' al no asistir a la Asamblea y por tanto, no votar, el día en que Rafael Simancas debería haber obtenido el puesto a la Presidencia.

En aquellas famosas elecciones, Simancas había logrado alcanzar un 39% del voto, una cifra que el PSOE-M solo volvería a alcanzar en las Elecciones Generales de 2004 y que le ayudaría a llevar a 16 diputados a las Cortes.

Simancas no perdió la fe y se volvió a presentar como candidato a la Presidencia de la Comunidad en las elecciones de 2007. Sin embargo no consiguió esta vez tantos votos –su porcentaje se redujó en un 5,43%– como para arrebatarle el cargo a Esperanza Aguirre, quien se convirtió en presidenta gracias al Tamayazo. Esto le condujo a presentar su dimisión ocho días más tarde. Algo similar le ocurrió a Miguel Sebastián Gascón, quien con un porcentaje muy cercano al de Simancas (33%), no pudo hacer frente al 50,38% del PP y acabó presentando su dimisión.

Con los dos candidatos fuera del PSOE-M, la situación no se presentaba alentadora. Aunque este hecho no se notó en los resultados de las elecciones Generales, donde la formación obtuvo un porcentaje de voto del 39,45% y solo se quedó a un representante socialista madrileño de las Cortes, sí que tuvo efectos cuatro años más tarde en las elecciones autonómicas y municipales.

En 2011, Zapatero presentó a sus dos nuevos candidatos para Madrid: Tomás Gómez optaría a la Presidencia mientras que Jaime Lissavetzky era el elegido por los socialistas para llegar al Palacio de Cibeles. Sin embargo, los dos se quedaron muy lejos de su cometido, ya que ambos obtuvieron menos de un 30% –Lissavetzky, un 23,93% y Gómez, un 26,23%–. Estos resultados marcaron la tendencia, no solo de las siguientes elecciones Generales en las que los socialistas madrileños redujeron a 10 su representación, sino también en las elecciones Municipales y Autonómicas celebradas este año. Y es que, a pesar de la larga precampaña que hicieron Ángel Gabilondo y Antonio Miguel Carmona no lograron convencer a los madrileños, ya que el primero obtuvo un 25,43% y el segundo, un 15,28% del voto.

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