poster Vídeo
El féretro con los restos de la agente de Policía Nacional Vanesa Lage, a la llegada a la comisaría de la Policía Nacional de Vigo - EFE

La policía fue tiroteada cuando intentaba calmar al atracador

El criminal, al que un veterano identificó, no tenía reseñas policiales en la última década

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En medio de la consternación, muchos en Vigo intentaban, aún ayer, buscar explicaciones. Un día después de que un atracador descerrajara dos tiros sobre una policía de la ciudad, uno de ellos muy cerca del corazón, en su capilla ardiente todos encontraban idéntica respuesta. Cada uno la expresaba a su manera. «El tipo ese iba a lo que iba; o le salía bien o le daba todo igual. En cuanto abrió la puerta de la sucursal, automáticamente fue a disparar, fue a quemarropa a por los compañeros, no les dio tiempo a reaccionar».

Las palabras del portavoz de la Unión Federal de Policía, Agustín Vigo, resumen el sentir general de los compañeros de Vanessa María Lage Carreira, de 38 años, a quien un viejo criminal conocido como «el Escayolista» no concedió tregua alguna al encontrarse frente a frente tras atracar una entidad bancaria gallega.

La agente, miembro de la Unidad de Prevención y Reacción, aún le había tendido la mano para que se calmara y liberara a una rehén.

«Cálmate, no pasa nada», fueron las últimas palabras de la víctima, según comentaba su entorno a la salida de la comisaría de Vigo, donde fueron velados sus restos mortales antes del funeral que tendrá lugar hoy en Guitiriz (Lugo), su localidad de origen. Su actuación demuestra el carácter «muy calmado» y las «grandes dotes para las labores de mediación» que de Vanessa alaban quienes la conocían. No era una novata en situaciones complejas y, de hecho, acumulaba felicitaciones.

Condolencias de los Reyes

Su pareja, también policía, se encargó de recoger la Medalla de Oro al Mérito Policial que a título póstumo le entregó, en un acto íntimo, el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, que tomará las medidas oportunas respecto a los chalecos antibalas cuando concluya la investigación abierta. Fue una de las autoridades que se acercó a mostrar sus condolencias, al igual que el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, o el alcalde de Vigo, Abel Caballero. Los Reyes enviaron su pesar a la familia y al propio Cosidó en un telegrama.

Pero el eco del trágico asalto se prolongaba en varios puntos de la ciudad. En el lugar del crimen, se continuaban recabando pruebas al haber dos investigaciones en marcha: judicial y policial. Aunque son varios los flecos pendientes de resolver, algunas hipótesis empiezan a imponerse. Pese a que existen dudas sobre si Vanessa y su compañero llegaron a disparar para defenderse del criminal o si fueron otros agentes quienes lo hicieron, la última cobra fuerza para los investigadores.

La salud del segundo agente implicado en el tiroteo era ayer el motivo principal de preocupación. A través de las redes sociales, su mujer explicó que se encuentra «estable dentro de la gravedad». Tras recibir cinco tiros, fue operado de urgencia y tiene un pulmón dañado, razón por la que permanece en coma inducido para intentar que pueda mejorar. Mientras, la subdirectora de la sucursal a quien el atracador utilizó como rehén y parapeto, fue traslada a planta después de haberle sido extraída una bala del brazo.

Registro en casa del ladrón

Sobre Enrique Lago Fariñas, el sanguinario atracador que también murió abatido, no constan reseñas policiales en la última década, aunque se desconoce si ha sido porque ha pasado parte de ese tiempo en prisión, porque no ha delinquido o porque no fue descubierto. Su cadáver no tardó en ser identificado por un veterano agente, pues a finales de los 80 cometió varios atracos. De su casa, a quince minutos en coche del lugar del suceso, los investigadores se llevaron dos cajas en un registro.

Ver los comentarios