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Pablo Iglesias y Alberto Garzón a su llegada a un desayuno informativo en Madrid - EFE

Sánchez reconoce «desánimo» en el PSOE ante el empuje de Podemos

Iglesias reta al líder socialista a consultar a sus bases si prefieren pactar con ellos o con el PP

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Pedro Sánchez reconoció ayer que su gran desafío hasta el 26-J es sacar de la abstención a esa parte del electorado socialista que ha caído en el «desánimo» pero que no se ha ido a Podemos. La clave, dijo Sánchez en Onda Cero, está en «el grado de movilización» de los distintos partidos. «El de Iglesias está movilizado; el del PP está menos, pero más que el del PSOE», reconoció. Luego, se fue a La Sexta y allí apeló a los «socialistas de corazón» a no resignarse. «A los socialistas hay que decirles: socialistas, España os necesita».

«El socialismo no es resignación, es lucha, es que el futuro no está escrito y en democracia lo escribimos con nuestro voto (...) merece la pena acercarse media hora al colegio», argumentó; todo, con tal de espabilar a esa franja del electorado socialista que los estudios que posee Ferraz dicen que todavía se está pensando su voto.

En esa entrevista, el líder socialista volvió a demotrar su nula fe en que Pablo Iglesias ayude a su investidura, en caso de sumar tras el 26-J, y reveló una anécdota desconocida: «Mi madre quería que Iglesias y yo llegáramos a un acuerdo, y cuando fui a ver al Jefe del Estado, en el momento culmen en el que Iglesias se pidió la Vicepresidencia para controlar a los jueces, fiscales y los espías, mi madre me llamó y me dijo “mira Pedro, este hombre no quiere pactar contigo”».

Sánchez va a volcarse en Madrid –este viernes empieza la campaña con un «puerta a puerta» en la capital– y en Andalucía, donde hoy será presentado en un desayuno por Susana Díaz con la que va a protagonizar varios actos y, sobre todo, el cierre de campaña el viernes 24 de junio. Ferraz ha considerado oportuno que el líder del PSOE se vuelque en Madrid, donde los socialistas quedaron cuartos en las elecciones de diciembre. También justifican la amplia presencia de Sánchez en la capital y en municipios aledaños en que así podrá compaginar los compromisos de entrevistas que tiene con las televisiones y radios, además del debate en TV.

Podemos coge aire

Las comunidades autónomas en las que Sánchez no estará en campaña son Canarias, Baleares, Cantabria y Navarra, si bien desde el PSOE recuerdan que sí ha estado en estos territorios durante la precampaña, con excepción de Ceuta y Melilla. El PSOE quiere ahorrar en esta campaña cuatro millones de euros respecto a la del 20 de diciembre, por lo que su presupuesto rondará los cinco millones. Volverá a contar con los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero (coincidirá en un acto con Sánchez), aunque en el caso del primero, la mayor parte de la campaña estará fuera de España.

Podemos parece estar ganándole al PSOE la batalla por el relato y el estado de ánimo, fundamental para animar a un electorado cansado de tantos meses de infructuosa exposición mediática de los políticos. Mientras el líder del PSOE reconocía las debilidades de su partido, Pablo Iglesias acudía a un desayuno en el Hotel Ritz de Madrid mientras le preguntaban si se veía ya en La Moncloa.

El líder de Podemos, con Alberto Garzón como telonero y con su cada vez más habitual corbata, se presentó como «la alternativa al PP», asegurando que solo existen dos alternativas tras el 26-J: un Ejecutivo en el que esté el PP y uno en el que esté Podemos. Iglesias retó a Sánchez a que consulte a su militancia con quién prefiere pactar: «Esta es la pregunta fundamental de la campaña electoral». El cabeza de lista de Unidos Podemos insiste en relegar al PSOE al papel de árbitro, y advirtiendo incluso de que de la decisión que tome «dependerá su futuro».

Aunque no dejó de citar medidas de su programa, como la derogación de las dos últimas reformas laborales, la banca pública o la supresión de las centrales nucleares en 2024, dedicó su intervención a reivindicar para sí el tradicional espacio del PSOE refiriéndose «al espacio socialdemócrata que nosotros queremos ocupar». Iglesias insistió en que el único «sorpasso» del que quiere hablar es el que se refiere al PP, aunque ello conlleva, claro está, engullir de paso al PSOE. En Unidos Podemos dan por hecho que superarán a los socialistas al menos en votos. De cara a su futuro pacto, Iglesias ya dejó claro que él será quien lo lidere: «Tiene mejor resultado el que tiene más votos».

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