Sánchez ve «muy cerca» un resultado que le permita gobernar en solitario

Insiste en que su estrategia de diálogo en Cataluña se enmarca «dentro del Estatuto de Autonomía y de la Constitución»

Víctor Ruiz de Almirón

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Arranca Pedro Sánchez fin de semana en las Islas Canarias. Durante sábado y domingo participará en diferentes actos en el archipiélago. Ha comenzado esta mañana con un mitin en Tenerife en el que ha presumido de los sondeos que vaticinan la victoria del PSOE. Y aunque parte de su estrategia es no transmitir confianza con las encuestas- "las urnas no se llenan de buenos datos", ha dicho hoy- se ha dejado llevar transmitiendo a los suyos que ve muy cerca la posibilidad de gobernar en solitario.

En la segunda jornada de la campaña electoral Sánchez ha vuelto a reclamar "una gran movilización" que conduzca a una "mayoría suficiente" para poder desarrollar un mandato con un mínimo de estabilidad. "Lo tenemos muy cerca. Un Gobierno que no dependa de nadie más que de sus propias fuerzas", ha dicho Sánchez. De forma cada vez más clara va transmitiendo el líder del PSOE que no es una certeza que Unidos Podemos vaya a estar en su próximo Gobierno.

A partir de ahí el presidente del Gobierno ha tirado de su manual mitinero, muy explotado ya desde el pasado jueves y con una larga precampaña detrás. Para él la campaña electoral se resumen en "dos certezas". La primera es que "si la derecha logra mayoría suficiente harán en España lo que ya han hecho en Andalucía". Y la segunda es que solo el PSOE puede hacer frente a ese escenario, en una forma de reclamar todo el voto de quienes no quieran un Gobierno que dependa de Vox.

Como ya hizo ayer en Castellón , Sanchez ha vuelto a pedir el voto no solo a los electores progresistas sino a los que en los últimos 40 años "alguna vez" han votado al PSOE incluso a los que no lo han hecho nunca "pero creen en el avance de España". Y es que el líder socialista ha polarizado esta campaña hasta el extremo de convertirla en un plebiscito en el que todo lo que no sea votar al PSOE supondría una regresión democrática. "¿Avanzar o retroceder?, ¿pasado o futuro?" son consignas que repite hasta la saciedad estos días. Parte fundamental de esa estrategia es mimetizar a PP y Cs con Vox: "No hay tres derechas, hay una derecha con tres siglas", ha dicho hoy.

Sánchez ha dicho que ese eventual Gobierno de Casado, Rivera y Abascal representaría un triple riesgo: "vuelta a la corrupción, vuelta a los recortes y vuelta a la confrontación territorial". En este último punto se ha detenido Sánchez para rechazar que la moción de censura supusiese que había pactado con los independentistas. Para Sánchez la "prueba del algodón de que no hemos pactado con el independentismo" es la falta de apoyo a los Presupuestos.

El día en que los presos de JuntsxCat han ofrecido el apoyo de su formación a una investidura de Sánchez si no niega la posibilidad de un referéndum. Sin citar una oferta de apoyo que desde el PSOE se jactan en decir que "no vamos a necesitar", Sánchez ha dicho que la independencia no se va a aproducir, "no solo porque sea inconstitucional, que ya bastaría", sino poque los catalanes "no se quieren independdizar de España" como han manifestado con sus votos en las elecciones autonómicas de los últimos años. Eso sí, Sánchez no varía su estrategia de encarar este problema mediante un "diálogo" que enmarca "dentro del Estatuto de Autonomía y la Constitución", y ha atribuido la confrontación a la estrategia tanto de la derecha como de los independentistas. Sin distinción.

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