Un Rivera a contracorriente confía en sumar un 2% más de apoyos para dar «la campanada»

El presidente de Ciudadanos cree que ese salto porcentual les dispararía veinte escaños y pone sobre la mesa el ejemplo de Andalucía para demostrar que se puede ganar a las encuestas

El partido reparte un argumentario interno a sus afiliados en el que subraya que, con esa subida, el PP y el PSOE solo sacarían cuatro diputados más y se perpetuaría el bloqueo

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Albert Rivera dimite como presidente de Ciudadanos

Albert Rivera saluda, junto a Juan Marín, a bordo de un barco en el río Guadalquivir Europa Press
Juan Casillas Bayo

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El debate electoral no funcionó como esperaban en Ciudadanos (Cs), pero en el partido no pierden la esperanza y confían aún en una remontada en el último minuto. Aferrado al espíritu del «sí se puede» , convertido en el lema extraoficial de esta campaña, ayer Albert Rivera repitió en Mérida y en Sevilla un mensaje teledirigido a los indecisos y a los abstencionistas. Si Cs crece un dos por ciento en las urnas respecto a lo que dicen las encuestas, el partido se disparará veinte escaños más.

Y esos veinte parlamentarios, al contrario de lo que sucedería si el PP o Vox creciesen un dos por ciento más, serían sinónimo de «desbloqueo» . A bordo de un barco en Sevilla, navegando por el río Guadalquivir junto a unos doscientos simpatizantes, Rivera puso el ejemplo de los últimos comicios autonómicos en Andalucía para demostrar que hay margen para vencer a las encuestas.

El vicepresidente regional y líder del partido en Andalucía, Juan Marín , recordó a los suyos que ninguna encuesta daba posibilidad de desalojar a Susana Díaz de la Junta, pero que, gracias al crecimiento de su partido, fue posible el cambio en Andalucía. «Estas elecciones las van a decidir los indecisos y hay que sacarlos de su casa» , apostilló.

A eso es a lo que se aferra Rivera, que cree que están a tiempo de movilizar a su electorado y de propiciar una «campanada» que dé la vuelta al tablero que dibujan los especialistas demoscópicos. «El vuelco fue posible por vosotros, por los que votasteis liberal, por los que no dejasteis de ir a las urnas por ni una sola encuesta», celebró en un barco en el que, bromeó, se sintió como un turoperador.

«El vuelco fue posible por vosotros, por los que votasteis liberal, por los que no dejasteis de ir a las urnas por ni una sola encuesta»

En un argumentario repartido ayer a los afiliados, el partido garantiza que están «a un puñado de votos de conseguir una alternativa a Sánchez» y que España «no vuelva a depender de nacionalistas y populistas» —mensaje, este último, que choca con la posición que mantuvo el partido tras el 28-A —, y ahonda en la comparación con Andalucía, donde mantienen que subieron un dos por ciento de intención de voto en la última semana.

«Se pudo en Andalucía y ahora también se puede» , continúan, pero quizá lo más significativo es que contraponen la crecida de Cs con ese aumento de votos —veinte escaños— con los cuatro diputados extra que según la formación liberal sacarían el PP y el PSOE con una subida igual. «Cuatro escaños no cambian nada y se mantendrá el bloqueo», defiende Cs en su doctrina interna.

Cs, en un 10,8%

Con el atardecer en Sevilla a 20ºC y una ligera brisa soplando, el líder de Cs navegó a contracorriente y volvió a levantar gritos de «sí se puede» entre los suyos. En cada puente se detenía a aplaudir o simplemente a observar un grupo de curiosos atraído por el revuelo de los fotógrafos.

Pero, como admitió Marín, las elecciones están en manos de los indecisos. Los datos internos que maneja el partido, aunque son mejores que los de la mayoría de encuestas, relegan a Cs a una horquilla de entre un 10,5 y un 10,8 por ciento de intención de voto. La última encuesta publicada de ABC/GAD3 les daba solo un ocho por ciento .

Y partiendo desde ese diez y pico, si suman un dos por ciento estarán en la pugna por la tercera posición a nivel nacional, pero en cualquier caso creen que su número de diputados crecería de una manera significativa. El motivo es que ven a Podemos y a Vox en un empate técnico en torno a un 12,8 por ciento de intención de voto, pero sostienen que en las dos Castillas y en Aragón, donde es clave en muchas circunscripciones ser al menos tercera fuerza para entrar en el reparto del pastel, están mucho más asentados que los de Pablo Iglesias.

Su mayor problema sigue siendo la fuerte abstención entre los suyos —en sus análisis ven más desmovilización en el centro y en la izquierda que en la derecha—, aunque también han perdido alrededor de un ocho por ciento de votantes que se les han ido al PP. Fuentes del partido subrayan que con el cambio de estrategia han cortado totalmente la transferencia de voto al PSOE, y ahora confían en que los suyos se enchufen el fin de semana.

Los indecisos deciden

En la última campaña, como ya publicó ABC, el cincuenta por ciento de los votantes de Cs decidió su voto la última semana y un significativo ocho por ciento, el último día. Motivo por el que Cs está eligiendo los actos de esta campaña con mimo. En el partido son conscientes de lo que se juegan, y esta vez no hay apuestas arriesgadas ni golpes de efecto como el mitin de Rentería (Guipúzcoa), donde los liberales visibilizaron la estigmatización que sufren allí los constitucionalistas. Ahora se han decantado por asentar el voto allí donde son fuertes e intentar retenerlo en los lugares donde está en disputa el escaño y sí consiguieron amarrarlo el 28 de abril.

Según la macroencuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas ( CIS ), el enclave donde más resiste Cs la debacle generalizada en todos los sondeos es Andalucía . Esta fue una de las cinco comunidades autónomas en las que los liberales dieron el «sorpasso» al PP en las últimas elecciones generales , y tan solo bajarían de sus actuales once diputados a una horquilla de entre ocho y nueve.

No es casual, por lo tanto, que Rivera inaugurase la campaña en Cádiz, que trasladase su principal acto económico a Málaga, o que ayer protagonizase en Sevilla el acto más visual de estos seis días. Pero otros focos importantísimos para Rivera son las dos Castillas —hoy estará en Herrera de Duero (Valladolid)—, donde los liberales capitalizaron su tercera posición en las circunscripciones más pequeñas y crecieron significativamente en representación parlamentaria.

Los temas también se adaptan a cada lugar y a cada acto, y Rivera ayer en Mérida prometió la llegada, por fin, de un tren digno a Extremadura en la próxima legislatura. En Sevilla, se centró en la reforma de la financiación autonómica y abogó por un gran acuerdo sellado entre las diecisiete comunidades autónomas y no, como sucedió según él la última vez, «en un despacho» entre el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y los separatistas catalanes. Hoy, en un pequeño pueblo que no llega ni a los mil habitantes, el foco estará en el combate contra la despoblación .

«Si los moderados no acuden a las urnas, estarán contentos los de los ERE, los de la Gürtel y los del 3%

«¿Sabéis qué es lo que pasó en Andalucía? Pues eso queremos que pase en toda España», insistió en Sevilla, donde hizo hincapié en que si los moderados no acuden a las urnas, «estarán contentos los de los ERE, los de la Gürtel y los del 3%». «Me siento muy orgulloso de la noche del 2 de diciembre del 2018» , añadió en alusión a las elecciones autonómicas andaluzas, y reivindicó el voto a Cs como el más «transgresor» para cambiar de gobierno.

Antes, en Mérida, había alabado a Cs como el único partido que ofrece «desbloqueo». Y es que aunque siga deseando ganar a Sánchez y gobernar en coalición con Pablo Casado, el presidente liberal quiere forzar al líder socialista a virar al constitucionalismo si como dicen las encuestas no es posible la suma del centro-derecha. Aunque la puerta a un ejecutivo conjunto con el PSOE sigue cerrada , ayer Rivera sí se comprometió en la Cope a negociar, llegado el caso, unos posibles Presupuestos Generales del Estado con Sánchez. Sería, en la práctica, como el acuerdo que mantuvo con Mariano Rajoy hasta que lo tumbó una moción de censura.

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