Elecciones 26-J

Rajoy abre una ronda de contactos y sitúa al PSOE como objetivo preferente

El presidente en funciones empezó las llamadas «exploratorias» por Coalición Canaria, con quien se reunirá el próximo martes

Madrid Actualizado: Guardar
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La primera llamada de Mariano Rajoy no fue a Pedro Sánchez, sino al partido más pequeño que ha conseguido diputado en solitario en el Congreso, Coalición Canaria. La conversación no duró más de un minuto y sirvió para concertar una reunión el próximo martes. El candidato del PP ha abierto así una primera ronda de contactos «exploratorios», pero desde la Moncloa se subraya que el objetivo preferente es el acuerdo con el PSOE.

Rajoy telefoneó al líder de Coalición Canaria, Fernando Clavijo, pasadas las diez de la mañana (hora canaria). Fue un saludo rápido, de cortesía, con un emplazamiento a mantener una reunión el martes en La Moncloa. A esta cita podría acudir también la diputada electa de este partido, Ana Oramas.

Desde Moncloa se está evitando a toda costa convertir esta primera ronda de contactos, y las que vengan después, en un «show» parecido al que se vivió durante meses la pasada legislatura en el Congreso. Rajoy ha pedido conversaciones discretas para poder avanzar en una negociación que no será sencilla y en la que tendrán que ceder todos. De hecho, fuentes de Moncloa describieron así cómo van a ser los contactos de Rajoy a partir de ahora: «Sin prisa, pero sin pausa y sin espectáculo. Esa es la pauta».

Gobierno de coalición

Rajoy quiere evaluar por dónde respira cada partido después de las elecciones del 26 de junio, pero solo tiene un Plan A: el pacto con los socialistas. «No hay Plan B de momento», subrayan en Moncloa. En su agenda no está, al menos por ahora, ese acuerdo que solo pasaría por Ciudadanos, Coalición Canaria y PNV para sumar 175 diputados, que le permitiría ser investido con una sola abstención de las filas socialistas. Su objetivo es otro y se llama PSOE. «Sin el PSOE no hay legislatura», recalcan en Moncloa.

Ven tres opciones: o un Gobierno de coalición, que es la fórmula preferida por el PP, o bien un acuerdo escrito de legislatura en el que Rajoy gobierne en solitario, con apoyos parlamentarios puntuales, o bien una abstención del PSOE que permita investir a Rajoy y nada más. Esta última opción sería la menos deseable y la que llevaría a una legislatura muy inestable y seguramente muy corta.

A partir de ese acuerdo con los socialistas, Rajoy intentaría sumar a otros partidos, empezando por Ciudadanos, con quien tendrá que mantener una buena relación porque después de la investidura llegan los Presupuestos, y todas las reformas o leyes, que no podrá sacar en solitario.

Mientras tanto, el calendario postelectoral ya está en marcha. La primera cita importante será el 19 de julio, día de la constitución de las Cortes. Ahí deberán llegar con un acuerdo para la elección del presidente del Congreso y del resto de la Mesa.

Negociación en bloque

Fuentes próximas a Rajoy explican que lo lógico es que en las conversaciones que se abran se hable de todo: de investidura, pero también del Congreso. La intención del PP es que haya una Mesa «plural», con representación de los cuatro principales partidos. En principio, partirá de una posición negociadora de fuerza, en la que reclamará la Presidencia del Congreso como partido ganador. Pero fuentes de Moncloa puntualizan que no será un obstáculo para llegar a un acuerdo. Y un apunte: en el PP no gusta Patxi López, porque consideran que su Presidencia dejó mucho que desear, pero no piensan vetarlo si ese es el nombre que se pone sobre la mesa. «Nada de vetos».

El Gobierno en funciones da por descontado que en las negociaciones habrá que hacer «sacrificios programáticos», sin salirse de los ejes principales de su programa, claro está. En ese sentido, Rajoy no rechazará la formación de una ponencia en el Congreso para empezar a estudiar la reforma constitucional. Los populares son partidarios de «retoques» en la Carta Magna, más que de grandes modificaciones, pero aceptarían hablar en ese ponencia de lo que se pusiera sobre la mesa, incluida la reforma del PSOE. El PP vería bien una modificación que afectara a la sucesión de la Corona, los aforamientos, los nombres de las Comunidades, los tratados europeos y cerrar el capítulo competencial autonómico. «Por ahí no habrá obstáculo».

Pero Rajoy tampoco se cerrará a hablar de otros asuntos y leyes, aunque su posición de partida sea firme y tajante. Por ejemplo, sobre la reforma laboral. En Moncloa explican que la situación económica ha cambiado y podrían hacerse modificaciones para mejorar esa reforma. No se tratará de derogarla, ni mucho menos, pero sí podrían estudiar cambios concretos.

Pacto por la educación

Respecto a la Educación, tampoco pasa por la cabeza de Rajoy derogar nada, pero este momento podría ser perfecto para empezar a hablar de un pacto por la Educación, una tarea imposible hasta ahora en la historia de la democracia. «Sería hacer de la necesidad una virtud», comentan en Moncloa.

Y como reto inmediato, después de la hipotética investidura, estarían los Presupuestos de 2017. En teoría el proyecto debería estar en el Congreso antes del 1 de octubre, algo que ahora mismo se ve casi inalcanzable. Si no hay Gobierno, las cuentas públicas no pueden aprobarse, y si no hay una mayoría que respalde esos Presupuestos, los de este año quedarían prorrogados a partir del 1 de enero.

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