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Rajoy, tras el comité ejecutivo nacional del PP - JAIME GARCÍA

El PP propone pactar un programa de gobierno para cuatro años

La abstención del diputado de Nueva Canaria propiciaría el acuerdo si antes se firma con C’s, PNV y CC

MADRID Actualizado: Guardar
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Formar gobierno es una urgencia para España. Es lo que piensa el presidente en funciones y candidato popular a repetir en el cargo, Mariano Rajoy. Para lograrlo, tiende la mano a los otros partidos y les ofrece una coalición a cuatro años con programa pactado, como mejor solución para conseguir un gobierno fuerte y capaz de afrontar las grandes reformas que el país necesita. Pero si esta fórmula no cuaja, está dispuesto a explorar otras: «Habrá que gobernar igual», incluso «pactando cosas en el día a día».

Rajoy admitió ayer la necesidad de pactos para formar gobierno: sus resultados han sido claramente mejores que los del 20-D, pero no tanto como para no precisar de alianzas. Ante ese «escenario fragmentado», ha tendido su mano a «los partidos moderados» para que «hagamos juntos lo que nos han pedido los españoles».

Piensa llamarlos «a la vuelta de Bruselas», donde viaja este martes para asistir a la Cumbre del Brexit.

En Europa desean pactos

Su propuesta pasa por una coalición para cuatro años con un programa pactado. Cree que con estos mimbres, podría haber nuevo gobierno «a finales de julio o comienzos de agosto». En su entorno están convencidos de que la UE, que tras el disgusto del Brexit ha recibido con alivio el resultado de las elecciones españolas, intentará convencer a PSOE y Ciudadanos para que «actúen con responsabilidad» y faciliten la formación de gobierno.

Si su propuesta de coalición no prospera, reconoció ayer, «habrá que gobernar igual», porque «no vamos a abdicar de nuestra responsabilidad», pero buscando «otras fórmulas» como un gobierno en minoría, aunque ésto le obligue a la incómoda situación de «estar pactando cosas en el día a día».

PSOE se niega a abstenerse

En el PSOE, ya fue muy significativo el hecho de que ayer no compareciera Pedro Sánchez tras la reunión de la Ejecutiva. Una cita en la que, si algo quedó claro, es el intento de cerrar filas en torno a la negativa a abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy, a priori. Quieren que Rajoy se mueva con sus aliados de la derecha y, si no lo logra, los socialistas hablarán entonces.

De entrada, el ánimo es votar no, pero ayer ya se pudieron ver los distintos acentos. Después de una noche electoral en la que propio Sánchez dejó abierta la posibilidad de intentarlo porque «el PSOE es la primera fila del cambio», ayer por la mañana la número uno por Barcelona, Meritxell Batet, insistía en esa tesis.

Pero otras voces, como la del portavoz del Grupo Socialista, Antonio Hernando, o la de César Luena, reconocían que «la iniciativa» es de Rajoy; y barones como el extremeño, Guillermo Fernández Vara, pidió a Sánchez que «ni intente» gobernar. Vara, Susana Díaz, Emiliano García-Page o el aragones Javier Lambán son abiertamente partidarios de dejar gobernar al PP sin más intentos baldíos como el que propicio Sánchez hace tres meses.

Por su parte, Rivera volvió a insistir ayer en formar una mesa a tres, su apuesta preferida para la nueva legislatura, aunque también reconoció que su partido no es «necesario» para que el PP lidere un nuevo Ejecutivo. «Con una abstención del PSOE ya puede poner en marcha un gobierno, nosotros no somos necesarios», dijo en la primera valoración de las elecciones.

Rivera, en un discurso en línea con el de la campaña, descartó entrar en un gabinete en el que no haya reformas. «No vamos a estar ni apoyar un gobierno donde estemos pendientes de la corrupción del señor Bárcenas o de la señora Rita Barberá».

El líder de C’s también descartó tajantemente la fórmula de una coalición entre partidos de derechas y nacionalistas. «No queremos que la gobernabilidad de España vuelva a pasar por los nacionalistas», dijo. «Que no cuenten con nosotros».

Quevedo, decisivo

Todas las cábalas para que Mariano Rajoy se convierta en el próximo presidente del Gobierno pasan por el portavoz parlamentario de Nueva Canaria, Pedro Quevedo. Probablemente, nunca antes pudo ser tan decisiva su abstención como en el próximo debate de investidura, ya que si el PP logra un acuerdo previo con Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria necesitará obligatoriamente que un diputado del PSOE le permita gobernar por vía pasiva.

No todos confían en que Quevedo acepte de buen grado facilitar un Gobierno de Rajoy. «Él ha apostado claramente por el cambio y Rajoy es lo contrario», señalan las mismas fuentes. Sin embargo, la presión de ser responsable de unas terceras elecciones si el PP logra el acuerdo con las otras tres fuerzas, podría ser suficiente para muchos. Al menos, en eso confía Génova. Al PSOE, de paso, le permitiría seguir defendiendo una posición contraria a las políticas de Rajoy y no ceder la plaza de primer partido de la oposición a Unidos Podemos.

El apoyo de PNV y Coalición Canaria (CC) a un Gobierno del PP ya tiene precio. Y no es otro que un viraje en las políticas aplicadas por Rajoy, durante los últimos cuatro años, concretado en una mayor capacidad de diálogo que permita la construcción de acuerdos de Estado en pensiones, educación o negociación colectiva, y un freno absoluto a la invasión de competencias autonómicas, según fuentes de ambos partidos. Además, tanto PNV como Coalición Canaria pondrán sobre la mesa sendas agendas, la vasca y la canaria respectivamente, que inluyen reivindicaciones tanto económicas como sociales.

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