Iglesias fracasa en su asalto al poder y su pacto con Garzón queda tocado

El líder de Podemos anuncia una reflexión tras perder más de#un millón de votos

Madrid Actualizado: Guardar
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Ni sumó ni multiplicó. Restó. La coalición entre Podemos e Izquierda Unida con la que Pablo Iglesias intentó robarle al PSOE la hegemonía de la izquierda y plantar cara al PP se demostró un rotundo fracaso. Nada salió tal y como deseaba Unidos Podemos. Además, su suma con los socialistas sigue lejos de la mayoría absoluta, y volvería a requerir el apoyo de los independentistas catalanes. Algo que en la formación morada interpretan como la «excusa» que plantearán los socialistas para formar Gobierno.

El ambiente festivo con el que comenzó la tarde, a raíz de los primeros sondeos a pie de urna, que sí apuntaban al «sorpasso», se fue tornando en una indisimulada decepción en los rostros del equipo de todos los niveles.

A las ocho de la tarde, cuando se conocían los sondeos de la televisión pública, gritos y una sonora ovación salieron de la sala donde los líderes del partido siguieron la noche electoral. Fueron los últimos.

El 20-D, la suma de Podemos e IU logró 71 escaños (69 para los de Iglesias y 2 para los de Garzón). En conjunto lograron 6.110.596 votos, un 24,33% del total. El pacto con IU finalmente solo sirvió para contener la hemorragia, ya que obtuvo los mismos escaños con un millón de votos menos.

Apesadumbrado. El tono bajo de Iglesias no fue en esta ocasión una estrategia impostada, sino reflejo de una enorme decepción: «Los resultados electorales de esta noche no son satisfactorios. Teníamos unas perspectivas diferentes», señaló el líder del partido, escoltado a izquierda y derecha por Íñigo Errejón y Alberto Garzón.

Iglesias reconoció que el resultado «ha sorprendido a todo el mundo», y anunció que a partir de hoy se abre «una reflexión».

El futuro de la coalición

La campaña del partido se movió durante estas dos semanas en el marco del «sorpasso» al PSOE y en el cara a cara con el PP, para reclamar el voto útil contra Mariano Rajoy. Los más optimistas en el partido apuntaban a los 90 escaños como listón que serviría para superar al PSOE y considerarlo un gran éxito. Por debajo de 85, entendían que el «sorpasso» corría mucho peligro y significaría que la coalición no había logrado explotar toda su potencialidad.

Iglesias planteó una campaña de bajo perfil, en la que concentró su participación en los medios de comunicación y dejó el peso de la mitad de los actos a Íñigo Errejón y a la campaña paralela que hizo el líder de IU, Alberto Garzón. Los resultados no dejan lugar a duda, en tanto que la pretendida suma no ha funcionado, lo que reforzaría las posiciones del sector de Errejón. Aunque también es cierto que el secretario político es el director de la campaña electoral. Ayer, nadie ganó en Unidos Podemos. Pero en el medio plazo está claro que el número dos del partido sale reforzado.

La gran incógnita a partir de ahora es si la coalición, que tanto Iglesias como Garzón entendían que debía perpetuarse de cumplir las expectativas, se mantendrá en el tiempo. La pregunta era ayer recurrente. ¿Para qué necesita Podemos a IU? ¿Ha ahuyentado posibles votantes? Ayer, Iglesias se mostró partidario de mantener la fórmula. «Esperemos que sigamos caminando juntos. Cconsideramos, independientemente de los resultados, que la confluencia se ha revelado como el camino correcto para acercarnos a la posibilidad de un gobierno progresista».

Tibia oferta al PSOE

Cuando Errejón habló pasadas las diez de la noche fue mucho más claro en el mensaje de «mano tendida» para formar un Gobierno progresista que, descartado el «sorpasso» ya en esos momentos, estaría anunciado por el PSOE. Pero aunque Pablo Iglesias habló de la necesidad de «privilegiar el acuerdo de las fuerzas progresistas», ni siquiera anunció de manera explícita que sus escaños estaban a disposición de Sánchez para hacerle presidente. «Sería sensato trabajar a partir de los espacios que nos unen»; pero rápidamente aclaró que será «una cuestión que tendremos que valorar en los diferentes órganos de dirección».

La frialdad quizá se debió a la imposibilidad de contactar con el líder socialista. «He escrito a Pedro Sánchez un mensaje para que pudiéramos hablar». Durante días Iglesias anunció que llamaría a Sánchez para formar Gobierno.

Logrando los mismos escaños que el 20-D, Unidos Podemos perdió dos escaños en Madrid, fugas que compensó con el aumento de un escaño en País Vasco y Andalucía. El partido aspiraba a lograr la victoria en País Vasco, Cataluña, Islas Baleares, Canarias y Navarra. Finalmente, solo lo logró en las dos primeras.

Madrid y Andalucía

En la Comunidad de Madrid la coalición pasó de 10 a 8 escaños, perdiendo en torno a unos 215.000 votos respecto a diciembre. Además del descenso en Madrid, y pese a subir un escaño, la gran decepción fue Andalucía. Allí volcó el partido la campaña porque era donde más distancia tenían con el PP y el PSOE y donde los más de 250.000 votos de IU más podían aportar. En total habían sumado en Andalucía más de un millón de votosel 20-D. Ayer no llegó a los 800.000 votos. En esas dos comunidades perdió la mitad de sus votantes. El partido solo fue la fuerza más votada en las tres provincias vascas, en Barcelona y en Tarragona.

Iglesias negó que a la vista de los resultados, que acercan claramente a Mariano Rajoy a revalidar su mandato, se hubiese equivocado a la hora de no apoyar el pacto PSOE-Ciudadanos: «Creo que no. No cambiamos de principios». El líder de Podemos no fue explícito sobre su continuidad, pero la dio a entender: «Cuando uno ejerce una responsabilidad política tiene que estar preparado para ejercela en los momentos dulces y en los menos dulces».

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