El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ayer en rueda de prensa
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ayer en rueda de prensa - EFE

El Gobierno cree que no hay una mayoría alternativa clara frente al PP

Moncloa resalta que la distancia de los populares respecto al segundo es mucho mayor que la que logró Aznar en 1996

MADRID Actualizado: Guardar
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«Es endemoniado». Así describían ayer en el entorno del presidente del Gobierno en funciones la situación que se ha creado en España después de las elecciones generales. Lograr los acuerdos necesarios para que Rajoy sea reelegido jefe del Ejecutivo en el Congreso se presenta realmente complicado, pero no imposible. En La Moncloa no hay optimismo, hay realismo respecto al enrevesado escenario político y el riesgo al que se enfrenta España si no se resuelve bien.

De entrada, en el Gobierno, ya en funciones, mantienen con firmeza que es el partido ganador el que debe formar el nuevo Ejecutivo. Así ha sido siempre, y debe seguir siendo, según advierten fuentes de Moncloa. Allí se subraya un dato que consideran especialmente relevante: el PP ha retrocedido, muy cierto, pero ha ganado las elecciones con una distancia respecto al segundo bastante mayor que la de cualquier otro partido que venció en minoría en la democracia.

La única excepción fue en 1989, pero el PSOE se quedó a un escaño de la mayoría absoluta. Ahora han sido 6,7 puntos de diferencia entre el PP y el PSOE. Mucho más, recuerdan en Moncloa, que la diferencia que obtuvo José María Aznar respecto a Felipe González en las elecciones que ganó por mayoría simple, en 1996. El PP ganó entonces solo por 1,1 puntos de ventaja. En 2004, Zapatero superó a Rajoy por 4,8 puntos, y en 2008, por 3,9. En 1993, González ganó a Aznar por 4 puntos.

Desde el entorno de Rajoy se subraya, además, que no hay una mayoría alternativa frente al partido ganador, sino un conjunto de partidos con propuestas opuestas en asuntos de Estado, que harían imposible un Gobierno.

Ante esta situación, en Moncloa se sostiene que se ha abierto una época nueva en España, que hay que afrontar con sentido de Estado, y en la que tienen un papel fundamental los partidos que defienden los puntos nucleares de la Constitución española, como son la unidad de España y la soberanía nacional. Es decir, el PP, el PSOE y Ciudadanos, básicamente.

«España no es Alemania»

El equipo de Rajoy sabe que «España no es Alemania», y un pacto como el que sostiene a Merkel en aquel país parece impensable aquí. Pero confían en que impere el interés general, y los socialistas no pongan trabas a que gobierne la lista ganadora el 20-D.

«Hará falta mucho, mucho diálogo para afrontar esta situación», reconocen en el Gobierno en funciones. El objetivo debe ser mantener la estabilidad, por encima de los enfrentamientos políticos. «España necesita estabilidad, no podemos tirar por la borda todo lo conseguido en estos últimos años», comentan.

Rajoy no ha convocado la reunión del Consejo de Ministros esta semana, en plena resaca electoral, y en vísperas de Navidad. El Consejo se reunirá el miércoles día 30. Esa semana se pondrá en marcha de nuevo toda la actividad política, y el presidente en funciones mantendrá distintos contactos para empezar a calibrar posturas.

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