Errejón presenta su plataforma como bisagra de Sánchez

Lanza su campaña diferenciándose de Iglesias y buscando a la vez votantes del PSOE

Íñigo Errejón, candidato de Más País, durante su intervención de ayer Ángel de Antonio
Víctor Ruiz de Almirón

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Como se esperaba, la plataforma electoral con la que Íñigo Errejón concurrirá a las elecciones generales se llamará «Más País». Todavía se apuran los tiempos para definir dónde se presentará la candidatura, aunque el ex número dos de Podemos garantizó ayer ante la asamblea general de su partido, órgano constituido ipso facto para esta situación, que se presentará «exclusivamente donde vayamos a ser de ayuda al bloque progresista» . No hay tanto una decisión a partir de un determinado tamaño de circunscripción sino un comité electoral que analizará dónde sería más eficiente su presencia. Donde no se presente, dijo Errejón, pedirá el voto para el bloque progresista, pero en ningún momento se decantó entre PSOE y Podemos.

Íñigo Errejón entró ayer oficialmente en la carrera electoral del 10-N con un partido que más bien podría ser un conglomerado de fuerzas regionalistas . Su discurso en la sede de UGT de Madrid no puede resultarle novedoso a nadie que haya escuchado cualquier intervención suya en Podemos desde 2014, aunque sí que se acentúa la apuesta por el ecologismo como «eje» de todo su programa . Precisamente la formación ecosocialista Equo decide estos días si rompe su alianza con Unidas Podemos y suma con Errejón, pero hay dirigentes, como Inés Sabanés, que ya participan activamente del proyecto errejonista. Sería la única formación de ambición nacional, aunque discreta, que se sume a un Errejón que tendrá como principal aliado a Compromís en la Comunidad Valenciana y que está pendiente de la decisión de la Chunta Aragonesista. Se refirió ayer Errejón a los tres con gratitud, pero no lo hizo con En Marea.

Apoyo garantizado

Su discurso es en esencia un intento de beber del PSOE y de Unidas Podemos. En esta carrera acelerada hacia el 10-N el enfrentamiento entre ambos le ha regalado el discurso y le ha empujado a presentarse. Errejón impugna a ambos líderes por su fracaso negociador y criticando su «irresponsabilidad» por no ser capaces de llegar a un acuerdo, contrastándola con la «facilidad» con la que PP, Ciudadanos y Vox se han puesto de acuerdo allí donde han sumado.

Ante las voces que le acusan de división —de forma aislada pero acalorada se manifestó esa crítica entre uno de los asistentes de la asamblea—, indicó que su objetivo es hacer «más grande, más sólido, más pragmático y más responsable el bloque progresista en España». Insiste en que su objetivo es «romper» la abstención.

Pero aunque su crítica alcanza tanto a Iglesias como a Sánchez -«no fueron capaces de anteponer las necesidades de España a las de sus propias siglas»- en lo que se refiere a la negociación para alcanzar un acuerdo, su planteamiento es una enmienda a la totalidad de la línea dura de Pablo Iglesias. Esa crítica planeó durante todo su discurso: «No importa quien las firme sino que las disfrute el conjunto de la ciudadanía», dijo en clara alusión a la demanda de Unidas Podemos de entrar en el Consejo de Ministros. «Hoy lo revolucionario es la responsabilidad», dijo Errejón, que aludió en varias ocasiones a la reivindicación de la «sensatez» y el «pragmatismo».

Errejón reclamó «votar diferente» para que los resultados «no sean los mismos». Y para asegurarse que su diferencia con Iglesias quede bien clara, y para animar a electores socialistas a apostar por él, aseguró que «todos» los escaños que su coalición electoral logre el próximo 10 de noviembre estarán «al servicio» de un Gobierno progresista.

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