Elecciones 26-J«Pinchazo» de Podemos en las «ciudades del cambio»
Su porcentaje de voto se estanca en las capitales donde gobiernan pese a la integración de IU
Por contra, el bipartidismo crece en detrimento de Ciudadanos, el principal perjudicado
Madrid Actualizado: GuardarDurante la campaña electoral, Podemos vendió los «ayuntamientos del cambio» como un ejemplo de gestión. Cada vez que los tachaban de inexpertos, de acudir al gobierno a «hacer prácticas», ellos señalaban con el dedo a cuatro ciudades: Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza. Estas cuatro capitales son, gracias a pactos de muy diversa índole, ciudades controladas por Podemos. Ciudades en las que no han conseguido progresar pese a la integración de Izquierda Unida.
Madrid
La comparación entre los resultados del 20-D y el 26-J en estas cuatro ciudades arroja un dato revelador. La coalición Unidos Podemos, que se las prometía muy felices tras encajar a Izquierda Unida en su engranaje, pierde apoyos de manera visible. Solo en Madrid, el Partido Popular crece más de 4 puntos, aventajando en casi 20 a la formación morada. Sorprende también el crecimiento del PSOE, que castiga duramente a Ciudadanos
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Barcelona
En Barcelona capital, donde En Comú Podem no concurría junto a Izquierda Unida, la formación morada se ha dejado algo menos de un punto. Ha sido la ciudad donde mejor ha resistido a su propio frenazo. Sorprende aquí el baile de posiciones que se ha producido: PP pasa del sexto al tercer puesto después de crecer 2,5 puntos con respecto al 20-D.
Valencia
En Valencia, donde tienen la vicepresidencia, Podemos ha obtenido un resultado casi idéntico al que obtuvieron sí mismos el 20-D. Sin embargo, la implicación de Izquierda Unida (que obtuvo un 4,74% el 20-D) no ha servido para mejorar ese porcentaje de voto.
Zaragoza
En Zaragoza tampoco ha surtido un gran efecto la coalición con Izquierda Unida. Podemos crece un punto con respecto al 20-D, mucho menos de lo que se esperaba después de que IU cosechase unos apoyos del 7% hace apenas seis meses. Unidos Podemos cae a la tercera posición en la capital y alimenta la creencia de que el bipartidismo no está muerto.
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