Cuatro claves para comprender las elecciones

Una estrategia bien definida de los partidos pesa más en el ánimo del votante que episodios como la agresión a Rajoy

Los nuevos partidos captan mejor el voto de los hombres que el de las mujeres

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  1. Nuevo mapa político

    Colas para votar en un colegio electoral de Barcelona
    Colas para votar en un colegio electoral de Barcelona - EFE

    El mapa político dibujado por el 20-D arroja ciertos detalles en el comportamiento de los electores determinantes para el resultado de los comicios. Según la empresa demoscópica GAD3, que ha realizado varios sondeos para ABC desde el pasado mes de octubre, una estrategia bien definida de los partidos pesa más en el ánimo del votante que episodios como el de la agresión que sufrió Mariano Rajoy en campaña. También se aprecian actitudes distintas entre hombres y mujeres: estas son menos proclives a cambiar su opción política. Hay otros criterios, como la edad o el lugar de residencia, igualmente esenciales para decantar el voto.

  2. Las estrategias son más importantes

    ¿Cómo han influido los debates de televisión en el voto? ¿Y la agresión que recibió el presidente del Gobierno? ¿Cuál fue el efecto del debate soberanista? ¿Y del atentado en la embajada española de Kabul? ¿Han sido determinantes los eslóganes o las fotos de los candidatos?... Son algunas de las preguntas que han ido surgiendo en la campaña más abierta y cambiante de nuestra democracia. La amplia muestra de la encuesta de GAD3 para ABC hasta la fecha de publicación y posteriormente para el cierre de urna de Antena 3 nos ha permitido ver la evolución en la intención de voto del electorado. Lo primero que hay que destacar es que el voto, como cualquier otro elemento de la opinión pública, evoluciona pero no se revoluciona. Los cambios súbitos de la opinión pública son más propios de las redacciones de los medios de comunicación, que se centran en lo noticioso y llamativo, que en la opinión pública.

    El apoyo al PP ha sido muy constante a lo largo del último mes, con un ligero crecimiento al alza en la última semana de la campaña, de ahí la facilidad de su estimación. Sin embargo, el voto socialista experimentó una creciente fuga hacia Podemos mientras se iba reduciendo hacia Ciudadanos. Podemos, además de voto socialista, incrementaba su captación de voto nacionalista y de la abstención. Por el contrario, el voto de Ciudadanos estaba más fuerte durante el debate soberanista de Cataluña y fue perdiendo fuerza a medida que la campaña giró hacia cuestiones menos identitarias. La evolución del voto a Ciudadanos ha sido parecido al de las andaluzas de marzo y las autonómicas de mayo: al llegar el momento de la decisión de voto muchos de sus potenciales electores volvieron a su partido original al desconocer los eventuales pactos posteriores. En las elecciones catalanas sucedió lo contrario al ser muy evidente cuál era la posición de cada uno.

    En definitiva, la evolución paulatina del voto evidencia, una vez más, que las estrategias de los partidos son más importantes que acontecimientos puntuales. En todo caso, el punto del que partían las formaciones dos meses antes de las elecciones venía marcado por la evolución de toda la legislatura, y no por su tramo final.

  3. Voto por sexo

    A pesar de que en España apenas hay diferencia de voto entre sexos, la aparición de nuevas formaciones políticas ha acentuado la importancia del género.

    Los nuevos partidos captan mejor el voto masculino, con menos aversión al riesgo, mientras que las mujeres permanecen en mayor medida fieles a los partidos tradicionales.

  4. Voto por territorio

    España es una de las sociedades con mayor diversidad territorial, que se refleja también en los resultados electores. Además de las diferencias regionales hay una acusada diferencia entre provincias menos y más pobladas. El Partido Popular ha sido el más votado en las provincias más pobladas pero, sobre todo, en las menos pobladas, que eligen cinco diputados o menos y donde el coste de escaño es menor. Por el contrario, Podemos tiene mayor penetración en las grandes provincias donde el coste de escaño es mayor. Madrid y Barcelona son un claro ejemplo de este fenómeno.

  5. Voto por edad

    La edad se ha convertido en una variable clave para comprender el voto en la mayoría de las sociedades occidentales y de forma especial en la española. No es sólo cuestión de mayor longevidad sino, sobre todo, del ritmo del cambio social. La crisis ha incrementado esas diferencias al haber protegido mejor a los mayores que a los jóvenes. Podemos y Ciudadanos captan la mitad del voto de los menores de 45 años mientras que apenas logran uno de cada cinco votos de los mayores de 65 años. Es el resultado de una crisis que ha hecho recaer en los menores de 45 año el 80% de la reducción de masa salarial fruto, principalmente, de la brutal destrucción de empleo entre 2007 y 2013. La inmensa mayoría de los esfuerzos económicos se les ha pedido a las nuevas generaciones, de ahí que las propuestas de los nuevos partidos hayan conseguido captar mayoritariamente sus preferencias.

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