Los cinco candidatos, flanqueados por los moderadores del debate
Los cinco candidatos, flanqueados por los moderadores del debate - MUÑIZ
DEBATE A CINCO

Feijóo tira de cifras ante una oposición que no aclara una alternativa

Los candidatos de la izquierda evitan pronunciarse sobre cómo se organizarían si el candidato popular no logra la absoluta el próximo 25-S

Santiago Actualizado: Guardar
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El desempleo y la demografía centraron buena parte de las intervenciones del debate a cinco que los candidatos a la Xunta han mantenido este lunes. Con las cifras de la última legislatura como principal asidero, el candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, se enfrentó a este uno contra todos como abanderado de una política económica que «ha convertido a Galicia en la comunidad en la que menos aumentó la deuda pública». Acerca del desempleo -el problema que más preocupa a los gallegos según el CIS- el popular apuntó que «hay menos paro que en 2012 porque cada día se crean 14 empresas en Galicia».

En la acera contraria, el aspirante de En Marea, Luís Villares, criticó que «hay un 12 por ciento menos de empleos que cuando Feijóo llegó a la Xunta» y Ana Pontón, candidata del BNG, reprochó que en Galicia «la gente trabaje más horas que en el resto del Estado español».

La candidata de Ciudadanos -única participante en elegir el castellano para sus intervenciones- apostó por una industria más moderna como fuente de empleo y el socialista Xaquín Leiceaga, por su parte, criticó con dureza la «puerta cerrada al mercado laboral para los jóvenes».

Crispación

El segundo bloque de este esperado debate, que puso sobre la mesa las propuestas de los partidos que concurrirán a las elecciones del próximo día 25, giró en torno a los sectores productivos. «Hablar mucho y hacer poco», fue el resumen del cabeza visible de la formación En Marea a la gestión del PP, que se enganchó con el candidato popular en varias ocasiones. Villares acusó a Feijóo de «dejar escapar las cajas de ahorro gallegas» y le espetó que «será recordado como el autor de un gran fracaso».

En lo tocante a las políticas sociales, Feijóo defendió las medidas adoptadas para paliar la pérdida demográfica, que calificó como un «problema estructural» de Galicia. Pontón abogó por «rescatar a las personas y no a la banca» y Villares empalmó las críticas sacando a colación la gestión de la hepatitis en la Comunidad, uno de los momentos de mayor crispación de la noche. El frentista afirmó que la Fiscalía había acusado a dos altos cargos por homicidio y el popular le recordó que un juez había retirado esa acusación. Leiceaga, cartel en mano, censuró una «sanidad privatizada» ante lo que Feijóo intervino para anotar que «la sanidad gallega es más pública que nunca».

Acidez y oportunidades perdidas

Concentrados en persuadir a la bolsa de indecisos, los candidatos agotaron sus turnos de palabra en un debate trufado de cifras en el que no faltó acidez ni los tira y afloja. En el apartado dedicado a la regeneración democrática, Villares hizo suyo el ideario populista para apuntar que «creemos en la política como servicio público». Centrando todos sus dardos en la gestión de los populares, los grupos de la izquierda evitaron en todo momento dar pistas sobre futuribles pactos para estructurar una alternativa, aunque sí esbozaron su tripartito. En un debate que fue ganando agilidad a medida que se volvía más bronco, Leiceaga reprochó que Feijóo aspire a gobernar más de ocho años.

La respuesta del popular fue definitiva: «Yo entiendo que no quiere que me presente, pero lo voy a hacer. Y todo el mundo recuerda que usted, señor Leicega, se inició en el BNG y se cambió de partido sin despeinarse». Ahondando en el ataque, el popular le espetó al candidato socialista un «está usted en política porque Besteiro tiene diez imputaciones» que Leiceaga trató de neutralizar con un tibio «nosotros somos la garantía del cambio».

Durante el tramo final del debate, los aspirantes a la Xunta tuvieron oportunidad de aclarar con quién pactarían tras el 25-S, una pregunta que Leiceaga y Villares esquivaron y que Pontón aprovechó para tender la mano a una formación de izquierdas. La candidata de Ciudadanos se posicionó en el bloque de los «constitucionalistas» insistiendo en que «esto no es el señor Feijóo y el caos, sino el señor Feijóo haciendo lo que dé la gana o no». Y Feijóo insistió en poner al socialista contra las cuerdas ante un posible sorpasso. «Díganme dónde están ustedes» se preguntó.

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