Cristina Losada, paracaidismo en la Xunta

Pese a ser originaria de Vigo, la candidata de Ciudadanos a la presidencia de la Xunta encaja a la perfección en la definición que en la política se emplea del término «paracaidista». El grueso del desempeño profesional y académico de Cristina Losada se ha realizado desde Madrid, desde sus estudios universitarios en Sociología y Ciencias Políticas en la Complutense hasta sus años de trabajo como tertuliana, periodista y escritora. Su gran anécdota biográfica es la de sus inicios en política, cuando a comienzos de los años 70 empezó a militar en la Liga Comunista Revolucionaria como vía de resistencia antifranquista. Según ha explicado en algunas intervenciones públicas, abandonó los postulados izquierdistas cuando vio a algunos sectores celebrar los atentados del 11-S.

Losada llegó a ser la presidenciable naranja bajo el amparo de la dirección nacional del partido, que buscaba un rostro no identificado con la estructura orgánica en la Comunidad, muy marcada por los conflictos internos sobrevenidos en los últimos meses con purgas de críticos y bajas de afiliados. Entre reproches de los críticos porque en el proceso no se cumplieron los principios de neutralidad que promulgan los estatutos de C's, la escritora quedó proclamada aspirante de forma automática al ser la única en conseguir los avales necesarios para concurrir a las primarias.

Cuando se hizo público su nombre, a la candidata no tardaron en recordarle algunos artículos polémicos que llevan su rúbrica, como uno de 2002 en el que afirmaba que los gallegos tienen una cierta «cultura de la subvención» y una «actitud pasiva y ruidosamente quejosa». En su entrevista con ABC, Losada explicó que «trataba de explicar una situación que se estaba dando en la zona cero del Prestige».

El desafío que se le presenta a la candidata es el de vencer la imagen que pesa sobre C's de partido sin implantación ni propuestas para la Comunidad con la que se les ha caricaturizado desde que comenzasen su andadura, no sin la colaboración de sus propios cargos. Sin ir más lejos, la propia Losada evitó dar una sola medida concreta a este periódico a poco más de un mes de la cita con las urnas.