Después del 21-D: Parlament de bloques, con una mayoría absoluta independentista más ajustada
La aritmética parlamentaria sólo permite, salvo sorpresa de una coalición transversal, la repetición de la alianza independentista en el Parlament entre JuntsxCAT, ERC y la CUP (70 diputados) en el gobierno de la Generalitat con Ciudadanos como primera fuerza
Salvo sorpresas, no descartables del todo, la aritmética parlamentaria sólo permite la reedición de la alianza independentista que ha gobernado en Cataluña desde 2015, aunque con algún matiz relevante: Junto con la CUP suman dos diputados menos que en la anterior legislatura, 70 parlamentarios sobre 135 escaños, suficientes para gobernar si se reedita esta alianza. Por otra parte, JuntsXCAT y ERC ya no forman una misma candidatura - se acabó Juntes pel Sí- y el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont (34 diputados) ha asumido el liderazgo efectivo en el campo independentista, tras superar claramente al partido de Junqueras.
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El campo constitucional se ha apuntado una victoria simbólica, ya que por primera vez desde la restauración de la autonomía en 1979 gana las elecciones una fuerza constitucionalista . Ciudadanos , con Inés Arrimadas a la cabeza, ha logrado 37 escaños y 1.098. 918 votos frente a los 939.391 votos cosechados por la candidatura del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Por su parte, tanto los socialistas de Miquel Iceta (17 parlamentarios) como los «comunes» (8 diputados) de Domenech han quedado muy lejos de sus expectativas.
Puigdemont, expresidente imputado
La mayoría independentista probablemente se construya entorno a JuntsXCAT (34 diputados), ERC (32 escaños) y la CUP (4 diputados) . Sin embargo, quedan varias incógnitas pendientes de resolver: La primera afecta la figura de Carles Puigdemont, quien ha mostrado su disponibilidad a regresar a España si resultaba ganador o contaba con el apoyo mayoritario del Parlament para volver a la presidencia y que, en sus primeras declaraciones , se ha mostrado muy desafiante aunque no ha desvelado si se presentará en Cataluña finalmente. Si así fuera, correría el riesgo de ser detenido. Además, todavía no está claro que pueda dar el paso a un candidato independentista de consenso, para que este sea investido en vez de apostar por la «restitución» del Govern destituido.
Al respecto, en su intervención tras conocer los resultados, la número dos de Esquerra Marta Rovira ha afirmado que «el independentismo ha vuelto a ganar las elecciones y las ha perdido Rajoy». Rovira se ha limitado a reclamar el fin de la aplicación del artículo 155 y pedido abrir un diálogo bilateral con el Estado: «Señor Mariano Rajoy, ¿hará el favor de sentarse en una mesa de diálogo y negociación y respetar la democracia?», se ha preguntado.
Otra de las incógnitas es la vigencia del artículo 155 , que seguirá activo hasta que el Parlament invista a un nuevo presidente. Entretanto, las funciones de la Generalitat seguirán siendo ejercidas por los ministros de Rajoy y, concretamente, por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría. En la primera reacción oficial desde Génova, el vicesecretario de Comunicación de los populares Pablo Casado , ha reconocido el mal resultado cosechado por el PP (3 diputados) como última fuerza parlamentaria . Sin embargo, ha defendido la aplicación del artículo 155 y asegurado que «el Estado no ha fracasado porque ha conseguido que la ley rija en Cataluña». En este sentido, ha asegurado que «se seguirá defendiendo la unidad y la soberanía nacional, pese a quien pese».
Plazos para la investidura
Y ahora, ¿qué? Según la Ley, la sesión constitutiva tendría lugar dentro de los 20 días hábiles tras las elecciones. Es decir, la fecha límite sería el 23 de enero. Una vez constituida la Cámara - ya circula el nombre de Domenech como un presidente de compromiso- y escogidos sus órganos de gobierno (la Mesa) en los diez diás hábiles siguientes deberá tener lugar el debate de investidura del próximo presidente de la Generalitat (¿Carles Puigdemont?). Lo que nos sitúa en el 6 de febrero .
Precisamente, en la presidencia del parlamento catalán recaería la responsabilidad de realizar las consultas con los líderes de los grupos parlamentarios para elegir al candidato que se deberá someter a la investidura (un independentista si hacemos caso de la aritmética parlamentaria).
