Errejón espolea la gris campaña de En Marea para «dar una cura de humildad» al PP

Errejón volvía a la plaza que mejor le acoge. La de la Peregrina (Pontevedra), la de su diputada afín Ángela Rodríguez 'Pam', que se quedó sin hueco en un mitin con protagonismo para Podemos y el sector de la izquierda no nacionalista. Los podemitas Carmen Santos, Marcos Cal y la comunista Eva Solla completaron el cartel, sin los habituales nombres de Anova que hasta ahora copaban la campaña.

El número dos de Podemos llegó a la la ciudad pontevedresa entre gritos de «sí se puede» en lugar de los habituales «hay marea» propios de los rupturistas gallegos. Primer punto para Errejón, espoleado por unas cuatrocientas personas. El secretario político de los morados avanzó que «ya era hora» de acabar con el «latifundismo" en las instituciones.

Al igual que Ada Colau, subrayó que «mucha gente» mira hacia Galicia para ver qué es capaz de hacer la extensión del rupturismo en la Comunidad.

A Feijóo le dijo que «nadie que quiera a su país obliga a su juventud a marcharse, vende su sanidad, contamina sus ríos o machaca la enseñanza pública». Errejón atacó la «campaña acomplejada" de los populares e ironizó con que el presidente de la Xunta «no se le vio muy contento con la llegada de sus jefes» a Galicia.

«Es difícil», asumió, después de que encuestas como la publicada por ABC alejaran el posible pacto multipartito de la izquierda: «Ahora falta un empujón más, hemos llegado dándonos el gustazo de darles una lección a los poderosos». Díficil papel para Villares, que cerró el acto, sin aportar mayores novedades a su discurso. La recuperación de los servicios públicos, el caso de Manuel Baltar y las críticas a la demoscopia dominical por ser un «recetario de cocina».