Un desafío para Sainz, un ensayo para Alonso

El Gran Premio de Bélgica aparece con alicientes diversos para los pilotos españoles. Un desafío para Carlos Sainz, décimo con su Toro Rosso. Un empuje más para Roberto Merhi, en su empeño por perdurar en la Fórmula 1. Y un suplicio para Fernando Alonso, que se toma la carrera de Spa como un entrenamiento más en el tortuoso proceso de hacer competitivo al McLaren. El otro pronóstico ofrece pocas dudas: ganará un coche con motor Mercedes.

Carlos Sainz monta un Toro Rosso con motor Renault en un circuito que exige velocidad en larguísimas rectas. No parece el coche más apropiado para defender la décima posición frente a la batería de monoplazas con propulsor Mercedes. Además de Hamilton y Rosberg, los Force India y los Williams parecen inabordables para él.

El madrileño ve así la carrera de hoy: "Esperemos que terminar o no la carrera no dependa de mí, que todo vaya bien y podamos por fin terminar la carrera y marcar ese puntito o dos que nos merecemos. Plantear la carrera al ataque, porque si la planteas a la defensiva te pasan por encima aunque eso no quiere decir que no haya que luchar para aguantar e ir hacia delante".